17May. 12
Un estudio ha analizado características genéticas asociadas al colesterol (HDL y LDL) y el riesgo de presentar infarto en 115.000 personas y los resultados apuntan que el papel protector del colesterol HDL no se encontraría en su cantidad sino en su calidad.
Un estudio colaborativo internacional que se publica en la revista The Lancet y que ha contado con la participación de investigadores del IMIM (Instituto de Investigación Hospital del Mar), ha analizado si la relación entre los niveles de colesterol HDL, el llamado comúnmente «colesterol bueno», y el riesgo de infarto agudo de miocardio es o no causal, utilizando biomarcadores genéticos.
Se habla de relación causal cuando el biomarcador participa directamente en el proceso que desencadena la enfermedad y este estudio ha puesto de manifiesto que la relación entre el colesterol HDL y el riesgo de infarto no es causal. Esta información será de vital importancia a la hora de diseñar nuevos fármacos ya que, al contrario de lo que se creía hasta ahora, aquellos fármacos que aumenten la cantidad de «colesterol bueno» no necesariamente van a reducir el riesgo de infarto.
En el estudio se ha analizado una característica genética que aumenta los niveles del «colesterol bueno» (HDL) sin influir en los niveles de «colesterol malo» (LDL) ni de los triglicéridos. Se ha observado que esta característica aumenta la cantidad de «colesterol bueno» en 2,5 mg/dL y, de acuerdo con los estudios epidemiológicos, esperaríamos una reducción del riesgo de infarto del 13%. No obstante después de estudiar más de 115.000 personas se observa que las personas portadoras de esta característica, que aumenta el «colesterol bueno», no tienen un menor riesgo de infarto.
Los ensayos clínicos con fármacos y el estudio de algunas enfermedades genéticas, como la hipercolesterolemia familiar, indican que los niveles elevados de «colesterol malo» o LDL forman parte del proceso que causa el infarto de miocardio. Así, los fármacos que reducen los niveles de colesterol LDL también reducen el riesgo de presentar un infarto de miocardio. «Sin embargo, no existe evidencia que apoye la relación causal entre los niveles del colesterol bueno o HDL y el infarto de miocardio. En los ensayos clínicos con fármacos que aumentan los niveles del «colesterol bueno» no se ha observado una disminución del riesgo de presentar infarto de miocardio» explica Roberto Elosua, coordinador del grupo de investigación en epidemiologia y genética cardiovascular del IMIM.
Estos resultados cuestionan la efectividad de las intervenciones con estilos de vida o con fármacos que aumenten los niveles de colesterol HDL. En este sentido se están estudiando aspectos relacionados no con la cantidad de colesterol HDL sino con la calidad de este que puedan estar causalmente asociados con el riesgo de infarto.
De todos modos, comenta Elosua «es importante matizar que los niveles de colesterol HDL sí que son un biomarcador que se asocia con un menor riesgo de infarto, y aunque esta asociación no sea causal sí que es de utilidad en la práctica clínica para estimar el riesgo que una persona tiene de presentar infarto de miocardio en el futuro».
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