Nuevo dispositivo para medir la resistencia respiratoria de forma domiciliaria en pacientes con asma o EPOC

Investigadores de varios centros englobados en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) han diseñado y experimentado un dispositivo portátil de control respiratorio basado en la técnica de oscilación forzada (TOF). El dispositivo quiere dar solución a aquellos pacientes que no pueden colaborar activamente en la espirometría, como ancianos o niños, y a los que es necesario medir su capacidad de resistencia respiratoria.

Investigadores de la Unidad de Biofísica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona y del Hospital Clínico Universitario de Barcelona han reducido las dimensiones del tradicional dispositivo de medición de la resistencia respiratoria por Técnica de Oscilación Forzada (TOF), creando un prototipo portátil que permite realizar la medición en el domicilio del paciente.

Para validar la eficacia de este dispositivo y equiparar sus resultados a la espirometría tradicional, sus artífices han llevado a cabo un estudio cuyos resultados acaban de publicar en el European Respiratory Journal. El dispositivo está dirigido «a pacientes con enfermedad asmática o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica», y especialmente «a aquellos pacientes que por edad, porque son ancianos o niños, son incapaces de realizar maniobras de espirometría, que tienen cierta complejidad», pues la técnica TOF permite «medir esta resistencia simplemente con la respiración relajada del paciente», explica Felipe Burgos Rincón, del Servicio de Neumología del Hospital Clínico de Barcelona.

La técnica TOF se utiliza para la investigación en el medio hospitalario desde los años 50. Sin embargo, el doctor Ramón Farré, director del proyecto matiza que la técnica de oscilación forzada no puede sustituir la espirometría y que sólo se considera una técnica alternativa a la espirometría cuando el paciente no tiene otra posibilidad para controlar su enfermedad.

En su estudio, se experimentó este dispositivo en doce pacientes asmáticos, seis hombres y seis mujeres, de entre 35 y 50 años, a los que se les entregó el aparato, un manual de instrucciones y un diario de anotaciones para registrar las medidas efectuadas. Las tomas se realizaron por la mañana y por la noche, y también después de usar un broncodilatador.

«Hemos evaluado los cambios que se producen en quince días en estos sujetos y hemos visto una muy buena correspondencia entre los valores obtenidos por este dispositivo de TOF respecto a la espirometría, que sería la medida patrón», explica Felipe Burgos.

La iniciativa es importante, pues implica al paciente crónico respiratorio en su automanejo y le permite detectar en su propia casa los signos que le indican una exacerbación de su enfermedad. «Se ha visto que aquellos pacientes que son capaces de autocontrolar su enfermedad van a tener un transcurso mucho mejor de su enfermedad», expone este especialista. Realizar la prueba ellos mismos en su domicilio «les permitiría conectar con un centro de salud y adelantar cualquier actuación y les permitiría también variar ellos mismos su medicación, que es uno de los objetivos del automanejo de los pacientes», detalla.

Desde el punto de vista técnico, el aparato aún podría reducir más su tamaño. Pero la principal innovación en la que se trabaja ahora es su conexión a una red telemática que permita el envío de las mediciones a un centro de control para controlar al paciente a distancia.

«Hay ya experiencia con sujetos a los que se visita en su domicilio y se les realiza la espirometría y se envía los datos por Internet. Ahora se podría incorporar la TOF y desde un centro de control, como hoy el Hospital Clínico, se podría controlar estos pacientes. Eso significa a un mejor control del paciente y una mayor seguridad del paciente», concluyen sus artífices.