Nuevos biomarcadores para el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón

Aunque no fumar es la mejor medida de prevención del cáncer de pulmón, la realidad lleva a los investigadores a buscar otras vías para reducir su elevada mortalidad -85 por ciento de los pacientes a cinco años, según el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. En este sentido, las alteraciones genético-moleculares podrían servir como biomarcadores para determinar la existencia de un cáncer en fases muy iniciales, según conclusiones del Curso sobre Cáncer de Pulmón organizado por la Escuela Europea de Oncología (ESO).

Cada año se diagnostican 20.000 nuevos casos de cáncer de pulmón, el 90 por ciento de los cuales se deben al tabaco, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Este tipo de cáncer es el más frecuente entre los varones y constituye la primera causa de muerte en la población masculina, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). «Se trata del tipo de carcinoma con peor pronóstico y esperanza de vida, si no se diagnostica en fases muy iniciales sólo el 15 por ciento de los pacientes sobrevivirán a cinco años», alerta el doctor Luis Montuenga del Área de Oncología del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra. En este sentido, «la reducción del tabaquismo -la causa del 90 por ciento de los cánceres de pulmón-, el desarrollo de fármacos dirigidos contra dianas moleculares específicas y, sobre todo, la detección precoz, son las mejores opciones para disminuir su elevada mortalidad», concluyeron los asistentes al Curso sobre Cáncer del Pulmón organizado recientemente por la Escuela Europea de Oncología (ESO) en Madrid.

«A pesar de que el tabaco es el principal responsable del cáncer de pulmón, es necesario redoblar los esfuerzos para comprender los mecanismos biológicos que constituyen la aparición y evolución de la enfermedad», expresó Montserrat Sánchez-Céspedes, jefa del Grupo Cáncer de Pulmón del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Así, «es fundamental la identificación de todos los genes implicados en el proceso tumoral y determinar sus características funcionales», concluyó la doctora.

Avances reveladores de los Biochips

Las investigaciones en Biología Molecular y el uso de los biochips están proporcionando datos reveladores sobre las listas de genes o alteraciones genéticas implicadas en la carcinogénesis pulmonar, según los especialistas asistentes al Curso. En este sentido, los genes supresores de tumores Rb y p16, las mutaciones del gen K-ras, la alteración de las proteínas p53 y p14 o la amplificación de los genes de la familia myc son alguno de los ámbitos en los que se focalizan las investigaciones. Según la doctora Sánchez-Céspedes, «en un futuro próximo la descripción de las alteraciones genético-moleculares podría ser un avance multifuncional». Este avance se podría utilizar, por un lado, en la identificación de personas con susceptibilidad de padecer cáncer, para el diagnóstico precoz del carcinoma, para el pronóstico y respuesta al tratamiento de los pacientes, además de suponer nuevas dianas para el diseño de terapias específicas para cada una de estas alteraciones», concluye la doctora.

Según los expertos, estos nuevos biomarcadores podrían determinar la existencia de un cáncer de pulmón mucho antes que con los actuales métodos (diagnóstico por imagen, el análisis de una muestra de sangre o del líquido bronquioalveolar). Pero, como afirma la doctora Sánchez-Céspedes «aún queda mucho camino por recorrer para disponer de un sistema de detección que permita un diagnóstico precoz».

La resistencia de pacientes a determinados fármacos

Por otro lado, la identificación de alteraciones genéticas presentes en el cáncer de pulmón también podría servir para determinar la mayor o menor agresividad del tumor o definir la resistencia del paciente a determinados fármacos. En este sentido, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón está realizando el estudio GILT, para confirmar que los pacientes con gen ERCC-1 son resistentes al fármaco cisplatino, un primera línea estándar de tratamiento. De confirmarse la hipótesis de estudio, comenzarían a realizarse pruebas para detectar este gen en los pacientes con cáncer de pulmón con el objetivo de evitar un tratamiento con fármacos agresivos e ineficaces.

Así mismo, un reciente estudio ha comprobado que el tratamiento con Iresa obtiene muy buenos resultados en mujeres no fumadoras que presentan una alteración genética en los llamados receptores EGF, que son los que ocasionan el crecimiento descontrolado de las células tumorales. En este sentido, se abre una vía en el desarrollo de nuevas terapias que deberán actuar de forma específica sobre una alteración genética concreta, según conclusiones de los asistentes al Curso.