Osteoporosis, ¿te empiezas a encorvar?

A tres cuartas partes de las mujeres con osteoporosis posmenopáusica le preocuparía que su espalda se curvara y seis de cada diez teme perder estatura con el tiempo, según una encuesta europea promovida por la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF, en sus siglas en inglés).

Sin embargo, a pesar del temor al encurvamiento, muchas mujeres desconocen su origen y relacionan esta deformación con la vejez y no con una patología. Por este motivo, la IOF ha lanzado la campaña Stop the Stoop (Frena el encorvamiento), con la que se pretende concienciar a las mujeres de la importancia de tratar la osteoporosis para evitar que acaben encogiéndose.

Según los expertos, entre el 30 y el 50 por ciento de las mujeres sufrirán una fractura debida a la osteoporosis en su vida. Además, muchas de ellas pueden experimentar múltiples fracturas vertebrales que podrían resultar una pérdida de altura o encorvamiento si su condición progresa. Estos datos pueden parecer desalentadores, sin embargo, «actualmente disponemos de una gama amplia de fármacos eficaces, con diferentes presentaciones y dosificaciones, diarios, semanales y mensuales», afirma el doctor Adolfo Díez Pérez, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Mar de Barcelona.

Desconocimiento de la enfermedad

El problema recae en el mal uso que se hace de estos tratamientos, o incluso en el abandono de éste por parte de la paciente, sin avisar previamente a su médico. Los resultados de la encuesta de la IOF demuestran que cuatro de cada diez mujeres reconoce que si dejara de tomar sus pastillas no se lo diría a su doctor, así como que una de cada cinco desconoce que si no toma el tratamiento pude acabar perdiendo altura y encorvándose.

En este sentido, el doctor Dieter Felsenberg, director del Centro de Investigación Ósea y Muscular de la Universidad Free & Humboldt de Berlín, destaca que «debido a la naturaleza silente de la osteoporosis, puede ser difícil decir si un tratamiento está funcionando, por este motivo, es esencial que las mujeres que padecen esta patología sean conscientes del papel tan importante que tiene el tratamiento desde el principio, así como a largo plazo, para prevenir las fracturas vertebrales y las consecuencias devastadoras que éstas pueden tener».

Secuelas silentes

Las fracturas vertebrales derivadas de la osteoporosis pueden ser, asintomáticas. Además, éstas pueden producirse como resultado de actividades diarias, como acarrear bolsas de la compra pesadas o tareas habituales de la casa. Por este motivo, es necesario intervenir antes de que se manifiesten síntomas graves, ya que numerosas fracturas repetidas pueden llevar a una incapacidad severa y dolor crónico.

Al respecto, el doctor Daniel Navid, presidente ejecutivo de la IOF advierte que «las mujeres necesitan ser conscientes de que la pérdida de altura y el encorvamiento provocado por las fracturas, con frecuencia puede ser evitado si se toman medidas adecuadas para mantener los huesos fuertes tras el diagnóstico de la osteoporosis. Si continúan con el tratamiento apropiado, las pacientes pueden llevar una vida independiente y activa».