Pequeños triunfos genéticos

09Mar. 01

El descubrimiento se enmarca dentro de la carrera por definir grupos de población que genéticamente tienen más riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer, para ayudar en su prevención. Los avances en genética tras el desciframiento del Genoma Humano se suceden paso a paso, con pequeños triunfos como este.

Un equipo de la facultad de medicina de la Universidad de Barcelona (UB), coordinado por la investigadora Amalia Lafuente, ha identificado cómo una mutación específica en un gen multiplica por diez el riesgo de sufrir cáncer de colon. Esta mutación ya era conocida y afecta a un tres por ciento de la población, mientras que el tipo de cáncer de colon que provoca supone el 30 por ciento de los casos de esta patología.

El descubrimiento se enmarca dentro de la carrera por encontrar marcadores que determinen grupos de población con mayor riesgo de sufrir determinadas enfermedades, utilizando la nueva información que se dispone sobre el genoma humano.

Este estudio también refuerza la idea de que el desarrollo del cáncer se debe a dos tipos de factores, genéticos y medioambientales, ya que es un agente ambiental, todavía no identificado, el que provoca que el individuo portador de esta mutación acabe desarrollando cáncer de colon. Como explica la doctora Lafuente, «se sabe que hay personas más sensibles que otras; por ejemplo, en el cáncer de pulmón, hay gente que ha fumado toda su vida y a los ochenta años no presenta esta enfermedad y gente que, fumando igual, a los cincuenta desarrolla un cáncer de pulmón».

La investigación fue financiada con parte del dinero recaudado en una Telemaratón contra el cáncer, celebrada en la televisión autonómica catalana TV3 en 1995. En ella han colaborado tanto la Universidad de California como los pacientes y el personal sanitario del Hospital Clínico de Barcelona.

En busca de factores protectores

Uno de los objetivos principales de estas investigaciones es iniciar una nueva línea de prevención, ya que como explica la doctora Lafuente «es más efectivo que una persona cambie sus hábitos si se le explica que genéticamente tiene un riesgo superior de desarrollar una enfermedad como el cáncer», afirma.

Otras líneas de investigación de su equipo son determinar qué agentes medioambientales provocan que la mutación genética metabolice y desarrolle el cáncer. Y al contrario, descubrir aquellos elementos que nos protegen frente a esta enfermedad.

«Esta otra línea que estamos desarrollando nace de la observación de que las frutas y las verduras ejercen un papel importante en la protección de la mayoría de los cánceres, no sólo el de colon», explica esta bióloga, por lo que estudian qué elementos de la dieta nos protegen de esta enfermedad.

«Básicamente son dos grupos: los antioxidantes en general, como las vitaminas, y los conductores enzimáticos», afirma la doctora Lafuente. Las verduras como las coles, la coliflor, las cebollas, los ajos, son algunos de los elementos con mayor capacidad anticancerígena, según ha constatado su equipo en ensayos in vitro.

La identificación de estos elementos protectores contra el cáncer permitirá también en un futuro el desarrollo de fármacos que nos los proporcionen en altas cantidades. Aunque de momento la investigadora recomienda «la ingesta del producto natural, ya que sólo conocemos una pequeña parte de estos constituyentes beneficiosos». Pero en un futuro, reconoce, será más fácil desarrollar fármacos que los concentren en altas cantidades, ya que para conseguir los niveles de protección adecuados «se necesitan altas cantidades, sobre cinco raciones al día, lo que significa tomar cinco platos de verdura, de fruta u hortalizas». Algo que hoy sólo unos pocos hacen.