Plántale cara al estrés

29Ene. 04

En Estados Unidos, un 40 por ciento de las bajas de los empleados en las empresas se deben al estrés, un patología mental cuyo aumento se explica en gran parte por las condiciones de trabajo que se dan en nuestra sociedad actual.

Y es que las nuevas formas de trabajo pueden resultar enfermizas, ya que el individuo se aísla, llevando a cabo su actividad de forma muy rápida. De este modo es como los trastornos relacionados con el estrés se están convirtiendo en el principal factor de incapacidad laboral.

En concreto, el estrés en el trabajo se puede definir en relación a las reacciones nocivas, tanto físicas como emocionales, que tiene el cuerpo ante unas exigencias laborales que no igualan las capacidades, recursos o necesidades del trabajador. Dicho estado, junto con la precariedad y la inestabilidad laboral, son factores de riesgo de trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión. Sin embargo, el estrés no debe confundirse con el desafío, ya que éste sí logra vigorizarnos y motivarnos ante nuevos retos, además de aportarnos satisfacción.

Algunas señales de aviso tempranas de que se está padeciendo estrés en el trabajo serían el sentir dolor de cabeza, padecer alteraciones en el descanso, tener dificultades de concentración o mostrar un genio peor al acostumbrado, así como tener el estómago descompuesto, y estar descontento con las ocupaciones o bajo de moral.

Aunque cabe señalar que saliendo del ámbito laboral también se dan casos de estrés. Algunos síntomas generales de esta dolencia, que suele asociarse a las situaciones de cambio en la vida de una persona, serían fatiga, dolores generalizados, insomnio, falta de placer en la vida o incluso la ya citada depresión.

Una solución sencilla, tómate un descanso

Sobre todo, ante situaciones de estrés es importante no intentar forzar el cuerpo humano por encima de sus posibilidades ni por tanto tampoco recurrir a sustancias excitantes para hacerlo. Para llegar a un equilibrio de actividad y no quedar atrapado en un círculo de momentos de euforia y decaimiento, es recomendable que la persona afectada pase a funcionar según una rutina que marque unas horas fijas para acostarse y levantarse, de entrada.

Además, después de una época de sobre-estrés es conveniente darle un descanso al cuerpo, que necesitará un tiempo de recuperación. También pueden reducirse los compromisos sociales así como las horas de trabajo y evitarse los cambios en el entorno general o en el hogar, en particular.