21Nov. 13
La sociedad “excesivamente permisiva” en que vivimos incrementa el número de trastornos de la conducta de los menores.
Es fundamental establecer una serie de normas y limites, tanto a niños como adolescentes, para que estos sepan en cada momento a qué atenerse”, asegura el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP). En este sentido, asegura el doctor, “es la manera correcta de prevenir conductas agresivas o poner freno a la rebeldía descontrolada”.
Con motivo de la celebración del Día Internacional del Niño, ASEPP quiere poner de manifiesto la importancia de mantener una “educación coherente en forma y tiempo de los más pequeños de la casa” poniendo de manifiesto que “la estabilidad del ambiente social y familiar del menor es esencial a la hora de prevenir los trastornos mentales en los menores”. A este respecto, el doctor López Rodriguez asegura que los “entornos de familias desestructuradas y caos social, son el ámbito perfecto para la proliferación de desequilibrios mentales en los niños, que no poseen las armas mentales suficientes para defenderse o aislarme psicológicamente en un entorno hostil”.
“El desarrollo social actual provoca que los padres consientan sobremanera a sus hijos, influenciados por el estrés, el cansancio o el cargo de conciencia a la hora de imponer horarios o normas en relación al poco tiempo que el trabajo o las actividades extraescolares permiten pasar con los más pequeños”, explica el doctor. “Este tipo de actitudes hacen flaco favor al menor – indica el experto- ya que entre líneas se le está trasmitiendo el mensaje de ser el pequeño rey de la casa, que posteriormente el menor extrapolará al resto de la familia, al colegio o al grupo de amigos, donde la competencia con otros pequeños reyes provocará una gran frustración que puede derivar en un trastorno de la conducta o de la alimentación”.
A este último aspecto, asegura el doctor López Rodriguez, no ayuda el tratar la comida como un premio o una recompensa. “La instrumentalización de la comida contribuye a favorecer los trastornos alimenticios, pues se desvirtúa por completo su función nutricional y energética, convirtiéndola en una herramienta con la que hijos y padres juegan a su antojo”.
Los hijos son hijos de su tiempo
Existe una gran preocupación entre los padres en torno al incremento en el número de trastornos mentales diagnosticado hoy en día en los menores, a este respecto, asegura el experto “existe, hoy por hoy, una mayor sensibilidad a este tipo de trastornos por parte de la sociedad, la escuela y los propios profesionales, es decir, no se trata de un aumento de casos sino de una mejor identificación de los mismos”.
En esta misma línea, explica el doctor López Rodriguez, “no es conveniente incurrir tampoco en un diagnostico precipitado y por tanto muy probamente erróneo, no todos los niños moviditos tienen trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ni todos los niños tristes están deprimidos”.
“El ritmo actual hace que precipitemos la madurez de nuestros menores, no dándoles tiempo a crecer al ritmo debido”, indica el experto. “Tendemos a baremar a nuestros hijos con el mismo nivel cuando nosotros éramos pequeños, sin reparar que nuestros hijos son hijos de su tiempo, igual que nosotros lo fuimos del nuestro, lo que conlleva una gran frustración por parte de los menores, que no siempre canalizan correctamente”, concluye el experto.
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