Por primera vez un inhibidor de la aromatasa demuestra un beneficio de supervivencia sobre tamoxifeno

El cambio a Arimidex (anastrozol) mejora significativamente la supervivencia global de las mujeres postmenopáusicas en tratamiento con tamoxifeno, según el estudio ARNO 95.

Los datos del estudio «Arimidex-Nolvadex 95» (ARNO 95), publicado en The Journal of Clinical Oncology , confirman que las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama temprano hormono-dependiente, que han iniciado su tratamiento con tamoxifeno, pueden reducir significativamente la posibilidad de recurrencia del cáncer de mama si cambian su tratamiento a Arimidex (anastrozol) en vez de continuar con tamoxifeno.

Los datos del estudio ATAC ya demostraron la superioridad de anastrozol sobre tamoxifeno en mujeres postmenopáusicas de reciente diagnóstico. Desde entonces han surgido muchos interrogantes sobre el papel de tamoxifeno en el cáncer de mama temprano -especialmente durante los dos primeros años cuando el riesgo de recurrencia es elevado- y sobre cómo manejar mejor a aquellas pacientes que ya están recibiendo tamoxifeno como tratamiento adyuvante.

Los datos del estudio ARNO refuerzan los beneficios de eficacia y tolerabilidad de Arimidex sobre tamoxifeno vistos en el estudio ATAC y que evidencian que la utilización de este inhibidor de la aromatasa desde el principio reduce el riesgo de recurrencia en un 26 por ciento, lo que significa que una de cada cuatro recurrencias se previenen utilizando Arimidex en vez de tamoxifeno al inicio del tratamiento.

Para sus autores «tamoxifeno ya no es el tratamiento adyuvante óptimo para las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama temprano hormono-dependiente».

Además, los datos del ATAC demuestran que la mayoría de las recurrencias y efectos adversos graves asociados a tamoxifeno se producen en los primeros dos años y medio de tratamiento, lo que refuerza la importancia de utilizar el tratamiento más eficaz y mejor tolerado desde el principio.

Arimidex sigue siendo el único inhibidor de la aromatasa que ha demostrado un perfil riesgo/beneficio superior en comparación a tamoxifeno durante el periodo total de cinco años de tratamiento adyuvante estándar, lo que le sitúa como el nuevo patrón oro de tratamiento para las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama inicial.