Posible solución a la caída del pelo debida a la quimioterapia

15Ene. 01

Un grupo de investigadores de Estados Unidos (EEUU) ha logrado desarrollar un nuevo compuesto que evita la pérdida de cabello provocada por la quimioterapia en ratones de laboratorio. Este compuesto podría ser una buena forma para proteger a los pacientes con cáncer de este frecuente y angustiante efecto secundario de la quimioterapia.

Actualmente no existe ningún método eficaz de prevención para este tipo de pérdida capilar, llamada «alopecia inducida por la quimioterapia». Ésta se produce porque muchos de los fármacos de la quimioterapia actúan matando las células que se dividen rápidamente, como es el caso de las cancerígenas, pero también las células epiteliales normales de los folículos del pelo. «La quimioterapia no distingue entre las células del cáncer y las normales», señala el doctor Stephen Davis, director del estudio desarrollado por los laboratorios Glaxo Wellcome Research.

El doctor Davis frenó temporalmente la división celular en los folículos capilares de las ratas a las que se le aplicaron de manera tópica un compuesto que controla el ciclo celular. Cuando los ratones fueron tratados con dos medicamentos anticancerígenos ampliamente usados, la pérdida de pelo en el lugar de la aplicación se redujo en un 33 a 50 por ciento de los animales.

Los investigadores comprobaron que los compuestos prevenían la alopecia solamente en los puntos donde fueron aplicados, sin afectar a otras partes del cuerpo de las ratas, por lo que este tratamiento no interferiría en las capacidades anticancerígenas de la quimioterapia. Los investigadores señalan en su estudio, publicado en la revista Science, que aunque la alopecia inducida por la quimioterapia es un efecto secundario totalmente reversible, puede ser problemático para los pacientes, ya que los estigmatiza y refuerza la idea de que no van a sobrevivir a la enfermedad.

A pesar de los prometedores resultados preliminares, los autores de la investigación afirman que los compuestos utilizados todavía deben pasar más pruebas de seguridad en animales antes de que se empiecen a probar en ensayos clínicos humanos.