Primera guía de práctica clínica en angioedema hereditario destinada a urgenciólogos

Será de utilidad para asistir de manera rápida y efectiva a pacientes de una enfermedad que puede generar confusión con reacciones alérgicas.

Durante la reunión Avances en el manejo del angioedema mediado por bradicinina en Urgencias celebrada en Valencia, se ha presentado la primera guía de práctica clínica de esta enfermedad para servicios de urgencias, que ayudará a mejorar la calidad asistencial de los pacientes con Angioedema Hereditario (AEH), acercará la evidencia científica a todos los especialistas y será una herramienta breve, clara y concisa para su correcto diagnóstico y tratamiento.

Con la colaboración de Shire, el Dr. Francisco Javier Montero, del Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía de Córdoba; la Dra. Ana Martínez, del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario La Paz de Madrid; la Dra. María Andrés, del Servicio de Urgencias del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander y el Dr. Moisés Labrador, del Servicio de Alergología y Medicina Interna del Hospital Vall D’Hebrón de Barcelona, han creado esta guía con recomendaciones explícitas de cómo actuar ante casos de AEH analizando más de 900 artículos científicos. Este documento podrá facilitar la práctica diaria en Urgencias al aportar información sintetizada, así como el protocolo de actuación ante estos casos.

“El objetivo que perseguimos con la creación de esta guía es optimizar la atención del paciente, ofrecerle un diagnóstico adecuado y que el tratamiento sea el más efectivo y rápido. De modo que, tanto el especialista como el paciente, se beneficien”, explica el Dr. Labrador. La Dra. Martínez añade que “lo importante de este documento es la clasificación que hemos realizado y los algoritmos. Los urgenciólogos tienen una forma de trabajar que suele ser muy rápida. Entonces, una guía cargada de ítems no les serviría. Tiene que ser una cosa muy precisa en la que ofrecemos unas pautas concretas y un protocolo claro, breve y conciso”.

El AEH es una enfermedad minoritaria crónica que padece entre 1 de cada 10.000 y 1 de cada 50.000 personas. Suele afectar fundamentalmente a las extremidades, cara, laringe y la pared intestinal, provocando éste último dolores intensos, cólicos, náuseas, vómitos y diarrea. La piel se engrosa progresivamente en horas, para retornar a la normalidad entre 24 y 72 horas después. El 30% de los pacientes de AEH no tratados suelen tener más de un ataque al mes, el 40% de 6 a 11 ataques anuales y el 20% un ataque anual. Representan el 8% de los casos de angioedema que llegan a los servicios de urgencias. “Nuestro objetivo como especialistas es controlar estos ataques agudos, tratar a los pacientes adecuadamente y no retrasar, si no actuar lo más rápidamente para beneficio del paciente”, destaca la Dra. Martínez.

“Uno de los errores más comunes es no distinguir los dos grandes tipos de angioedema, el alérgico y el no alérgico, cuyo tratamiento es bien distinto. Por eso se ha diseñado esta guía que se espera sea respaldada por las Sociedad Médicas, y ayude a informar a los médicos de urgencias de los avances en esta enfermedad, ya que no todos los conocen a tiempo real, y así asegurar que el tratamiento a aplicar en las urgencias españolas sea actualizado y homogéneo”, informa el Dr. Montero.

Cuando un paciente llega con un angioedema sin diagnóstico previo, el especialista tiene que identificar primero si es un edema alérgico o es mediado por bradicinina. Las manifestaciones clínicas de las dos patologías suelen ser muy similares lo que dificulta el diagnóstico adecuado. Por lo tanto, la primera opción por la que suele optar el especialista es tratar al paciente con un tratamiento sintomático. Si el paciente no responde, entonces podría ser AEH y habría que optar por otro tipo de tratamiento, como icatibant, indicado para el tratamiento sintomático de crisis agudas de AEH en adultos (con deficiencia del inhibidor de la esterasa C1).

En cambio, en los casos con diagnóstico previo de AEH es menos complicado el tratamiento porque el paciente ingresa con un informe que indica cómo hay que actuar. “Además el propio paciente sabe cuánto dura su brote, cómo suele ser y cuáles son los desencadenantes, por lo que no requieren de nuevas exploraciones”, explica el Dr. Labrador.

La clave también está en que los hospitales tengan una buena organización multidisciplinar. El espectro ideal, según el propio Dr. Labrador, es contar con una unidad de alergia, de medicina interna y otra de dermatología, además de un especialista de alguna de estas tres áreas que se dedique a diagnosticar a los pacientes con AEH y que tras los estudios necesarios, emitan un informe sobre ellos. “También es importante contar con una unidad de farmacia que administre los medicamentos disponibles para tratar a estos pacientes”, añade el Dr. Labrador