17Jun. 03
Dos especialistas han recogido en una guía las últimas recomendaciones europeas y norteamericanas para la prevención y tratamiento del infarto y diversas tablas de cálculo del riesgo de infarto a diez años en pacientes, teniendo en cuenta su sexo, edad y país de procedencia.
Los doctores Rafael Carmena, catedrático de medicina de la Universidad de Valencia y el alemán Gerd Assmann, director del Institute of Arteriosclerosis Research de la Universidad de Münster, acaban de publicar la primera guía de prevención de la enfermedad coronaria que recoge las recomendaciones de las últimas guías de práctica clínica norteamericanas y europeas. Su utilidad ha hecho que se haya acordado traducirla a quince idiomas.
La gran novedad de este manual, ( Prevención de la Enfermedad Coronaria, Ed. Prous Science ) es que expone las directrices básicas para identificar a los pacientes con alto riesgo de sufrir un infarto de miocardio, incluyendo factores de riesgo específicos para hombres y mujeres, y también según la procedencia geográfica. La guía ha contado con el apoyo de la International Task Force for Prevention of Coronary Heart Disease y la Sociedad Internacional de Arteriosclerosis.
Este trabajo está dirigido principalmente a los médicos de atención primaria, entre los cuáles ya ha empezado a ser distribuido. Entre otras, compila las recomendaciones para la prevención de la cardiopatía isquémica y el infarto publicadas por las dos sociedades científicas internacionales antes citadas, además de la American Heart Association, el American College of Cardiology, las European Cardiovascular Societies y la Organización Mundial de la Salud, entre otras.
Durante la presentación de la guía, los dos autores alertaron de que cada año en España fallecen más de 40.000 personas por infarto, de las cuáles, un tercio lo hacen antes de recibir asistencia. «El gran porcentaje de estas víctimas que nunca antes habían tenido un evento de este tipo ni habían experimentado ningún síntoma, y cuya primera manifestación les supone la muerte, hacía necesario elaborar una guía que ayudara a detectar el riesgo de cardiopatía isquémica», explicó el doctor Carmena.
Según este especialista, «la prevención del riesgo cardiovascular es la mejor arma contra la cardiopatía isquémica», primera causa de muerte en muchos países europeos, entre ellos España, por delante incluso de las enfermedades infecciosas. Por ello, añade, «la elaboración de esta guía nace con la idea de acercar al médico de atención primaria, de forma rápida y clara, los conceptos más actuales del cálculo del riesgo cardiovascular global de un individuo».
Identificación de pacientes de alto riesgo
Durante la guía, se exponen las directrices básicas para identificar a los pacientes con alto riesgo de sufrir un infarto de miocardio en los siguientes diez años. Para ello, expone diversas tablas de puntuación y algoritmos rápidos de calcular y fáciles de aplicar por los médicos de atención primaria. Además de la versión impresa, se espera distribuir en breve una versión en CD- Rom que hace más fácil el proceso.
Para realizar este cálculo se recopilan datos como factores de riesgo coronario (diabetes, síndrome metabólico, tabaquismo hipertensión, colesterol), junto a otros valores como la edad, sexo y hábitos de vida. Todo ello, «nos permiten un cálculo preciso del riesgo que un individuo tiene de sufrir un infarto de miocardio y afinar las pautas en la intervención terapéutica», añade el doctor Carmena. La guía, además, recoge también el papel de los nuevos marcadores de riesgo como la proteína C reactiva o la homocisteína.
Estas tablas están basadas en anteriores estudios a gran escala como el norteamericano en la población de Framingham, el estudio PROCAM en Alemania o el MONICA desarrollado por la OMS. La principal innovación, es que afina todavía más el riesgo al introducir un factor de conversión para hombres y mujeres dependiendo de su país de residencia, un factor «fundamental para confirmar la precisión del cálculo», opina este especialista.
Un nuevo concepto de prevención
Gracias a la guía, el médico de atención primaria puede calcular y comunicar a un paciente su riesgo cardiovascular de sufrir infarto de miocardio y proponer una serie de medidas terapéuticas y cambios de estilo de vida, pudiendo valorar el éxito de las medidas realizando de nuevo el test y comprobando la evolución del riesgo. El paciente puede ser animado así a mejorar sus cifras de riesgo y abandonar hábitos nocivos como una mala dieta, sedentarismo, tabaquismo, etc.
En cuanto a las estrategias para reducir la cardiopatía isquémica, tradicionalmente se han dividido en prevención primaria (medidas antes de un acontecimiento coronario agudo) y prevención secundaria (prevención de la recurrencia de un episodio). Pero según el doctor Carmena, «se tiende a abandonar ambos conceptos por una estrategia de valoración del riesgo cardiovascular», por lo que «la prevención empieza con una identificación rápida de los pacientes con riesgo elevado, con el fin de que éstos puedan recibir un tratamiento precoz».
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