27Nov. 09
Las infecciones siguen constituyendo una de las causas más importantes de morbimortalidad en pacientes sometidos a cirugía cardiaca mayor, lamentan los especialistas. Y precisamente por la necesidad de mantener equipos multidisciplinares, con profesionales de distintas especialidades se ha constituido la Sociedad Española de Infección Cardiovascular (SEICAV).
Las infecciones siguen constituyendo una de las causas más importantes de morbimortalidad en pacientes sometidos a cirugía cardiaca mayor, razón por la cual la Fundación de Ciencias de la Salud, en colaboración con GlaxoSmithKline (GSK), ha organizado la jornada «La infección hospitalaria postoperatoria en cirugía cardiaca». A su vez, este encuentro se enmarca en las celebraciones de los 25 años de existencia del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid.
«La cirugía de reemplazo valvular y de revascularización, la corrección de las cardiopatías congénitas y el trasplante cardiaco son algunos de los hitos de la cirugía cardiaca en las últimas décadas», según el profesor Emilio Bouza, catedrático de Microbiología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, jefe del Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, y director de la jornada. «Todo este tipo de intervenciones presentan mayor riesgo de infecciones postoperatorias que las de otras especialidades en la medida en que, cada vez más, se practican en poblaciones con edades muy avanzadas y con graves problemas asociados».
Además de la edad y de la gravedad de la situación funcional de base de estos enfermos, otros factores de riesgo para la infección son el tiempo quirúrgico, la necesidad de reintervenciones, la diabetes mellitus, la insuficiencia renal y la condición de portador de Staphylococcus aureus. A pesar de esto, «ahora ya es posible intervenir a pacientes cuya situación hacía impensable su paso por el quirófano», comenta el experto. Las infecciones postoperatorias más frecuentes son las relacionadas con catéteres endovasculares, las del mediastino y de las heridas quirúrgicas, y las neumonías asociadas a la ventilación mecánica, además de la endocarditis nosocomial y otras de menor importancia.
Más concretamente, las infecciones relacionadas con catéteres endovasculares son las de la puerta de entrada, las bacteriemias y las endocarditis infecciosas. «Su incidencia podría reducirse considerablemente si se llevara a cabo una adecuada política de prevención, con ahorros muy importantes en vidas humanas y en recursos económicos», explica el profesor Bouza. No obstante, «la cifra cero es todavía una quimera difícil de alcanzar y, por tanto, hay que estar preparado para un diagnóstico rápido y un tratamiento eficaz», añade. En España, la incidencia de bacteriemias relacionadas con catéteres suele situarse por debajo de los 5 episodios por 1.000 días de exposición.
Por otro lado, el arsenal farmacológico de que se dispone en la actualidad «es mucho mejor que el de hace unos años, aunque sigue siendo claramente insuficiente». A este respecto, «la multirresistencia de algunas bacterias y el lento desarrollo de los agentes antibacterianos está produciendo algunas graves deficiencias en este campo», según el profesor Bouza. En este sentido, «haría falta estimular más y mejor a la industria farmacéutica y/o pactar con ella para que se incentive la investigación en este sector, y muy especialmente en lo que se refiere a las bacterias Gram negativas, como Pseudomonas aeruginosa».
El interés en torno a las infecciones dentro del mundo de la patología cardiovascular y la necesidad de mantener equipos multidisciplinares, con profesionales de distintas especialidades interesados en las mismas, ha llevado a un grupo de médicos y enfermeras a constituir la Sociedad Española de Infección Cardiovascular (SEICAV), que está abierta a todos aquellos profesionales con interés en este tema.
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