Protocolo pionero en Europa para la detección del cáncer de cuello uterino

Protocolo pionero en Europa para la detección del cáncer de cuello uterino

«La combinación de citología y test ha aumentado mucho las afectaciones precancerosas detectadas, pasando de 2,4 a 6,3 por cada mil muestras», ha explicado la doctora Silvia Sanjosé, directora del Programa de Investigación que ha diseñado el protocolo. El uso exclusivo de la citología dejaba escapar el 60% de los casos. «Con la vacuna contra el VPH que se está suministrando a las niñas de 11 años más el nuevo protocolo con test para las mujeres mayores de 35, podemos prevenir hasta el 90% de los casos de cáncer de cérvix en España», ha asegurado.

El protocolo no se basa en la importación de ningún modelo extranjero sino en el análisis de la realidad catalana. Se basa en 4 estrategias: regular la frecuencia de las citologías, reducir la cantidad de mujeres no cribadas, mejorar la predictibilidad de las lesiones citológicas ya detectadas y educar a la población para que asista al ginecólogo con la regularidad necesaria. Para el último objetivo, se han repartido trípticos en los ambulatorios y se ha editado el libro «El cáncer de cuello uterino se puede prevenir».

El estudio previo realizado por el equipo de la doctora Sanjosé detectó que un 30% de las mujeres catalanas no asistía al especialista desde hacía al menos una década, especialmente mayores de 50 años que no habían vuelto después de tener al último hijo. Sin embargo, en Cataluña se realizaban el doble de las citologías necesarias para cribar el 100% de la población, sobrecribando así al segmento que sí asistía anualmente al ginecólogo.

El valor predictivo negativo del nuevo protocolo es muy alto, según Sanjosé: «Dos test negativos consecutivos son garantía casi absoluta que esa mujer no desarrollará un cáncer de este tipo en los próximos cinco años, así que pueden espaciarse mucho más las citologías rutinarias a las que se la somete». Reconoce que «cuesta mucho vencer las reticencias de pacientes y médicos», pero las evidencias científicas demuestran que una citología anual es un «uso irracional de los recursos públicos». «Si el médico explica bien a la paciente el porqué del espaciado, ella lo puede comprender y sentirse tranquila, pero para el médico no es lo mismo llenar la consulta cada año que cada tres, sobre todo si es privada», ha ejemplificado la doctora.

Con el espaciado adecuado, trienal como mínimo, se podría alcanzar a toda la población y que la incorporación del nuevo test VPH no acarreara casi ningún sobrecoste para la Administración Pública. El coste calculado para aplicar a todo el Estado este protocolo son sólo 20.700 euros anuales. Varias comunidades autónomas han seguido de cerca la implementación del protocolo. Castilla y La Mancha también aplicará los test y Andalucía y Asturias empezaran a espaciar las citologías.

El test VPH se basa en la captura de híbridos, una técnica asequible para los laboratorios vinculados a la Atención Primaria y que no necesita equipamiento sofisticado. Requiere una sola máquina de tamaño reducido, que el técnico aprender a utilizar en una sola semana. Doce laboratorios catalanes han practicado las 38.121 pruebas VPH que se han llevado a cabo en 2007 y 2008, cubriendo toda Cataluña excepto la Vall d»Aran. Más de la mitad de éstas (17.117, el 55%) se ha realizado a mujeres mal cribadas.

La vacuna entre escolares

«Es la mejor arma de prevención, pero debemos complementarla con los test porque no es universal», ha advertido Sanjosé. «Cuando lleguen a los 35 años las niñas que esta semana reciben la tercera y última dosis de la vacuna, es probable que sólo necesiten 2 o 3 cribados durante el resto de su vida», sostuvo la doctora. Aún así, el protocolo es imprescindible para las mujeres no vacunadas y porque la vacuna sólo inhibe a los dos tipos más peligrosos de virus de entrar en el útero, pero hay más de 14 tipos potencialmente causantes de cáncer. «Para eso estarán las revisiones», respondió Sanjosé.

El cáncer de cuello de útero

Cada día mueren en España dos mujeres a causa de esta patología y la media anual en Cataluña son 80 defunciones. Tras el cáncer de mama es la segunda enfermedad neoplásica más frecuente en la mujer. Afecta alrededor de medio millón de mujeres al año en todo el mundo.

Se calcula que un 80% de las mujeres se infecta del VPH en algún momento de su vida, que se contagia por transmisión sexual, si bien en la mayoría de casos la infección desaparece sola sin causar daños. En algunas mujeres, no obstante, el virus permanece en el organismo y daña a las células sanas. Estos son los casos de riesgo precanceroso, que puede convertirse sobre todo en un cáncer de cérvix, aunque también puede causar otros tipos de cánceres en el sistema reproductor femenino y masculino e incluso en cavidades orales como garganta y cuello.