07Mar. 01
Primera parte del reportaje sobre la conferencia que, bajo el mismo nombre, impartió el biólogo Marià Alemany, uno de los especialistas en obesidad más reconocidos en nuestro país.
C omo pueden ver soy obeso mórbido, así que entenderán mi interés por esta enfermedad ya que me toca de cerca. Y como pueden ver y comprobar, a pesar de que se está avanzando mucho en el estudio de la obesidad, aún no se puede curar.
Con esta ilustrativa frase se presentó el doctor Marià Alemany en su amena conferencia bajo el título ¿Puede curarse la obesidad? en el Ateneo Barcelonés, en el marco de unas charlas impulsadas por el Departamento de Ciudad del Conocimiento de la ciudad condal para acercar la ciencia a los ciudadanos. Su lenguaje asequible hace que sus afirmaciones sean muy útiles para explicar el problema de la obesidad a un paciente y hacer entrar en razón a aquellos que sufren de sobrepeso y llevan a cabo dietas perjudiciales para su salud.
El primer problema que planteó el doctor Alemany fue de definición. «Normalmente se entiende que la obesidad es un exceso de grasa por encima de lo normal, ¿pero a qué llamamos exceso? ¿qué es normal? Hoy todo el mundo piensa que es obeso porque le sobran unos kilos y esto no es así», afirmó refiriéndose a la facilidad con que muchos ciudadanos achacan leves problemas de sobrepeso a la obesidad. Por ello, el especialista se lamentó de que muchas personas consideren que tienen un problema de peso sólo por salirse de unos ideales estéticos cada vez más estrictos.
«Existen unos cánones de belleza extendidos por el cine y la televisión, gente plastificada que no sé de dónde salen porque no les ves por la calle, y hace que los jóvenes obesos que están fuera de esos cánones de belleza sean marginados y no se integren fácilmente en los grupos de amigos. Y eso crea la tensión que lleva hasta la anorexia y la bulimia, transtornos alimenticios que también afectan a personas con un simple problema de sobrepeso».
Obesidad y calidad de vida
«Un obeso tiene tal exceso de grasa que le provoca problemas de desplazamiento, en la funcionalidad de sus órganos, tiene dificultades de relacionarse y acorta su vida potenciando otras patologías» explica el doctor Alemany para trazar una línea clara que separe la obesidad del simple problema de sobrepeso. «Un obeso no puede encontrar un sitio a su medida en la mayoría de aviones, no puede comprar ropa en cualquier tienda como le gustaría. Es un problema que sobrepasa la ciencia y entra en el terreno de la sociología para llegar a cómo los obesos viven su enfermedad y cómo el resto de la sociedad la ve», afirmó Alemany.
Las patologías más importantes de la obesidad subrayadas por Marià Alemany son la insuficiencia respiratoria y la insuficiencia cardíaca. Pero incidió en una patología de graves repercusiones a la que, afirmó, todavía no se le da la importancia que merece: la apnea de sueño. «Es una enfermedad muy molesta. Hay una obstrucción tal de las vías respiratorias que durante unos segundos el oxígeno deja de entrar en el cerebro y se activan los mecanismos de alarma en el organismo haciendo que la persona se despierte sobresaltada, no descanse y se duerma de día en momentos en que debería trabajar». En su opinión, la enfermedad puede resultar «muy peligrosa para personas con un trabajo de gran responsabilidad como los conductores de autobuses». Otras de las patologías citadas por este especialista fueron las que afectan a los huesos como la artrosis o los dolores de espalda. Todas ellas en conjunto muestran, para el doctor Alemany, como «la calidad de vida de un obeso está seriamente disminuida».
El problema es que mientras en las personas con un exceso moderado de grasa que sufren hipertensión, diabetes o hiperlipemia, la pérdida de unos kilos «mejora espectacularmente estas patologías» en el caso de los enfermos de obesidad conseguir una pérdida de peso que mejore su calidad de vida es muy difícil, como este especialista se encarga de recordar.
¿Cuál es el peso ideal?
Ante la pregunta común sobre cuál es nuestro peso ideal, Marià Alemany consideró que los índices utilizados tradicionalmente no son del todo exactos. «Un método tradicional que usa la gente para fijar su peso ideal es quitar a la estatura un metro, una persona de metro setenta debía pesar setenta kilos, pero esto no es preciso», afirma Alemany. Quien tampoco considera preciso «el sistema tan de moda del Índice de Masa Corporal, que no tiene en cuenta ni la edad ni la estatura ni el sexo. Si nos medimos por este índice, Arnold Schwarzenegger daría positivo como obeso». Lo que si es importante es no sobrepasar unos umbrales de peso corporal o no llegar a ellos, ya que según este especialista «en este umbral intermedio de peso es donde menos mortalidad hay»
Según las citas recopiladas por este biólogo barcelonés, los gastos que provoca la obesidad en Estados Unidos alcanza los 90.000 millones de dólares mientras que en España, según un estudio reciente «pero no del todo completo» resaltó Alemany, se gastan 350.000 millones de pesetas aproximadamente. «En nuestro país la obesidad afecta al trece por ciento de la población» resaltó dando una dimensión del problema que supone esta enfermedad, cuya incidencia crece tanto en paises desarrollados como en subdesarrollados.
¿Por qué está creciendo la incidencia de la obesidad?
Ante el problema creciente que supone la obesidad, el doctor Marià Alemany hizo un repaso a las posibles causas. «Hemos dicho que hay una causa genética, pero los genes que poseemos son los mismos que tenían nuestros antepasados y no había tanta incidencia de la obesidad. ¿Comemos demasiado? Hoy comer en los países desarrollados es más barato, todos tenemos de todo y sí que es cierto que comemos más proteinas, grasas y lácteos de los que serían recomendables. Y es cierto que no tomamos productos naturales en condiciones naturales como legumbres, verduras o fruta en las cantidades que serían adecuadas. Y también hay un mayor sedentarismo que incide en la obesidad», advierte.
Pero el factor más actual que podría explicar el aumento de la incidencia de la obesidad en los últimos años es, según este especialista, el estrés. «El estrés incide enormemente, más de lo que parece». La vida moderna nos provoca ansiedad a través de muchos frentes: el trabajo, la familia. Y ante una situación de angustia nuestro organismo segrega adrenalina, dando sustrato a los músculos para que se preparen y hagan frente a la agresión. «Este momento de euforia metabólica», explica Alemany, «luego tiene que ser compensada por el organismo, que genera corticoides para recuperar los niveles de grasa, glucosa y reparar las fibras perdidas. El problema es que al final son tantas las agresiones que nos provocan estrés que pasamos de todo, pero el organismo sigue segregando corticoides y nos da una acumulación compensatoria de grasa que al final no hemos llegado a utilizar». Y ello hace que los niveles de grasa en reserva aumenten.
© 2024 Medicina Television S.A Spain