Trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra y humedecer su rostro con una esponja o un paño húmedo.
Además, es preciso «colocarla en posición tumbada con la espalda recta y las piernas levantadas para favorecer la circulación de la sangre», así como iniciar maniobras de refrigeración «lo antes posible», explica el doctor Iñaki Ferrando, director de Comunicación Médica de Sanitas.
No obstante, el experto subraya que si la temperatura corporal no desciende, presenta pulsó débil y palidez o se sabe si sufre de enfermedades cardíacas, «hay que acudir inmediatamente al médico o a un centro hospitalario».
De cualquier forma, para evitar llegar a este punto, Ferrando apuesta por «beber agua en cantidad abundante, evitar la exposición al sol y llevar ropa ligera». Para él, éstas son «maniobras sencilla», que ayudarán a evitar cualquier tipo de trastorno.
Nunca hay que dejar a los niños solos dentro del coche
Alrededor del 54% de los padres han dejado alguna vez a sus hijos dentro del coche mientras hacen un recado, mientras que el 46% simplemente se han olvidado de que el menor se ha quedado en el coche. Esta situación es la causa más frecuente de golpe de calor entre los menores, que puede provocar incluso la muerte del menor, según advierte el doctor Jordi Pou, coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Puesto que la temperatura corporal del niño asciende de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto debido a una menor reserva de agua, son los más pequeños, de entre 0 y 4 años, las principales víctimas de los casos de hipertermia, un trastorno grave consecuencia del aumento de la temperatura corporal que suele ocurrir en menos de 20 minutos, y que puede llegar a provocar la muerte en dos horas.
Y es que, según advierten los expertos, durante los meses de verano la temperatura en el interior del coche puede subir de 10 a 15 grados en menos de un cuarto de hora. Dejar las ventanillas abiertas total o parcialmente tampoco es seguro, ya que el aire no consigue reducir ese ritmo de aumento de temperatura. “El aparato respiratorio de los niños, que aún se encuentra en desarrollo, los hace más vulnerable al agotamiento por calor. Si esto se prolonga y los líquidos del organismo del niño no se reponen, se produce el «golpe de calor» que es la forma más severa de daño ocasionado por altas temperaturas y que pone en peligro inminente la vida del niño, lo que constituye una emergencia real”, comenta el doctor Pou.
Entre las principales recomendaciones, los expertos recomiendan que si el golpe de calor es grave, se debe llevar al niño a un lugar fresco y ventilado, quitarle la ropa y ofrecerle una solución de rehidratación oral, que puedes adquirir en una farmacia.
Con un paño húmedo conviene refrescar su cuerpo, y en especial su nuca y sus muñecas. También es aconsejable elevar un poco los pies del suelo y abanicarle con el objeto de facilitar la transpiración. Aunque tu bebé mejore, es aconsejable llevarlo a urgencias para que el médico señale un diagnóstico más preciso.
El centro termorregulador del cerebro controla la temperatura corporal
La regulación de la temperatura se realiza a través de un centro termorregulador que se encuentra en el cerebro «y que recibe información a través de termosensores que se encuentran en la piel y en el interior del cuerpo», explica.
Además, sostiene que existen dos mecanismos de la termorregulación principal para acelerar la eliminación del calor y ayudar a mantener la temperatura en los límites normales, siendo éstos «el sudor y la vasodilatación periférica de los vasos sanguíneos».
Sin embargo, durante el verano, al calor generado por el organismo «se suma el de las elevadas temperaturas del medio ambiente», momento en el cual se pueden producir hipertermias. Así, podrían surgir trastornos leves como calambres, por la pérdida de sales en el organismo, o edemas e, incluso, síncopes.
Para evitar estos efectos o el más grave golpe de calor, el Dr. Ferrando concreta que es necesario «evitar la exposición al sol en las horas centrales del día, retirarse a un lugar fresco y ventilado en caso de sentir cansancio, y cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol».
Pero ahí no acaban las recomendaciones de Sanitas y su experto, que también aconseja «consumir líquidos y bebidas isotónicas, evitar las comidas pesadas de difícil digestión, llevar ropa ligera que permita la transpiración, y prestar especial atención a los ancianos y niños».
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