Raltegravir: demuestran la eficacia de una nueva familia de fármacos contra el VIH

Raltegravir (Isentress®), que fue aprobado en España el pasado mes de febrero, bloquea una de las tres enzimas que el VIH utiliza para replicarse e infectar nuevas células. Los fármacos existentes hasta entonces actuaban sobre otras dos enzimas, la transcriptasa y la proteasa. Sin embargo, muchos pacientes eran resistentes a esas familias de fármacos, por lo que la infección avanzaba.

Dos centros médicos catalanes, el Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación IrsiCaixa del Hospital Germans Trías i Pujol, han participado en dos estudios publicados en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine en los que se demuestra la eficacia de un nuevo fármaco contra el VIH/sida, raltegravir, el primer representante de una nueva familia de fármacos antirretrovirales, los inhibidores de la integrasa.

En ambos estudios (BENCHMRK-1 y BENCHMRK‑2), en fase III, se observó una importante reducción en la carga viral y un aumento de linfocitos en pacientes resistentes a tratamientos anteriores al cabo de 48 semanas de administración de raltegravir. «La ventaja principal de raltegravir es que al ser el primer miembro de una nueva familia de fármacos nadie ha sido expuesto a ella y no se generan resistencias cruzadas, por lo que todos los pacientes van a responder al mismo. Otra ventaja importante es que es bien tolerado y hay pocas interacciones», explica uno de los directores de la investigación, el Dr. Josep María Gatell, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona.

Se calcula que un 10 por ciento de los 75.000 infectados por VIH en tratamiento son resistentes a al menos una de las tres familias convencionales de fármacos, por lo que «las posibilidades de tratamiento se reducían, y cuando había resistencias a las tres familias no había ninguna opción», señala el también director de la investigación, Dr. Bonaventura Clotet, jefe del Servicio de SIDA y del Laboratorio de Retrovirología de la Fundación Irsicaixa del Hospital Germans Trías i Pujol de Badalona. Estos estudios demuestran -añade- que «se puede tratar a los pacientes con raltegravir con gran eficacia».

Los investigadores compararon la combinación de raltegravir junto con lo que se conoce como tratamiento de base optimizado (TBO), con respecto a un régimen que incluía placebo más TBO en 699 pacientes que no habían respondido a al menos un fármaco de cada una de las tres clases de tratamientos antirretrovirales disponibles hasta ahora. Al cabo de 48 semanas de tratamiento, la combinación de raltegravir más TBO redujo las concentraciones del material genético del virus (ARN) hasta niveles indetectables (por debajo de 400 copias/ml) en el 74 por ciento de los pacientes en uno de los estudios (BENCHMRK-1) y 71 por ciento en el otro (BENCHMRK‑2), frente al 36 y el 38 por ciento, respectivamente, del régimen de placebo más TBO. El recuento de linfocitos CD4 aumentó en 120 (BENCHMRK‑1) y en 98 células/mm3 (BENCHMRK‑2), con la combinación de raltegravir más TBO, frente a 49 y 40 células/mm3, respectivamente, en el régimen de placebo y TBO.

En los estudios también se observó una importante diferencia de raltegravir con respecto al resto de fármacos: su rapidez de actuación contra el VIH. Así, al añadirlo a TBO más del 75 por ciento de los pacientes alcanzaron cargas virales indetectables e incrementaron las células CD4 del sistema inmune en 16 semanas (frente a un 40 por ciento de la combinación con placebo). Esta disminución en la carga viral «es la más rápida observada hasta ahora con ningún antirretroviral», destaca el doctor Clotet; en tan solo cuatro semanas de tratamiento, frente a los tres o seis meses de otros fármacos. Aunque la ventaja clínica se desconoce, este experto considera que puede ser «positivo».

Investigaciones punteras

Desde el Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación IrsiCaixa los doctores Gatell y Clotet siguen investigando otras posibilidades de raltegravir en la mejora de calidad de vida de los pacientes tratados y nunca tratados (naïve). Una de las líneas de investigación, desarrollada por el doctor Clotet es emplear este fármaco contra los reservorios virales que impiden erradicar la infección y curar al paciente aunque la carga viral en las células infectadas sea indetectable. Este reservorio viral se crea en células latentes al cabo de entre dos y cuatro semanas del contagio y los virus alojados en él no responden ni al tratamiento ni al sistema inmunológico del individuo, una de las posibles razones, según los expertos, de que esta infección sea todavía incurable.

Diferentes investigaciones han señalado que se necesitarían más de 70 años de tratamiento continuado para erradicar los reservorios virales. Sin embargo, un trabajo publicado el pasado año en The Journal of Infectious Diseases apuntó la posibilidad de que un tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) desde el inicio de la infección podría hacer desaparecer esos reservorios en tan solo siete años. La hipótesis en la que trabaja el doctor Clotet es que se puedan diseñar regímenes muy potentes con raltegravir que no sólo extingan la replicación viral residual sino que además impidan la integración del material genético viral al humano.

Por su parte, el doctor Gatell investiga en la reducción de efectos secundarios en los pacientes con un régimen que incluya este fármaco, que se administra por vía oral dos veces al día y que no requiere refuerzo con ritonavir, lo que a juicio de este especialista «evita una afectación del perfil lipídico». En los estudios publicados en New England Journal of Medicine se ha visto que los efectos secundarios fueron similares a placebo: diarrea, náuseas, cefalea y fiebre. Por ese motivo, ha iniciado un ensayo clínico en el Hospital Clínic de Barcelona en el que se comprobará la eficacia y la seguridad de cambiar un régimen de tratamiento que incluya un inhibidor de la proteasa con ritonavir, con otro que incorpore raltegravir. «Esperamos que el control virológico se mantenga y el perfil lipídico mejore, y con él el riesgo cardiovascular; lo que es importante porque los pacientes viven muchos años», comenta.

Raltegravir

Raltegravir recibió la aprobación acelerada por parte del a FDA en octubre de 2007 y fue aprobado por la Comisión de la Unión Europea en diciembre. En febrero de 2008 recibió la aprobación de las autoridades sanitarias españolas para su comercialización en nuestro país.

Sin embargo, los pacientes españoles que lo han necesitado han podido disponer del tratamiento con raltegravir de forma temprana desde mayo de 2007 a través de lo que se conoce como Programa de Acceso Expandido (PAE).

Tanto el doctor Gatell como el doctor Clotet han participado no sólo en el PAE de raltegravir sino en toda la fase final de la investigación clínica del fármaco; de ahí su firma en los estudios publicados en New England Journal of Medicine. Para ambos, estos trabajos demuestran el «alto nivel tanto de los investigadores como de los centros clínicos españoles en VIH».