El SIDA no es el único virus mortal que puede infectar a una persona a través de relaciones sin preservativo. La infección por Virus del Papiloma Humano (VPH) es otra enfermedad de transmisión sexual que puede desembocar en cierto tipo de cáncer. La infección por VPH tiene una creciente incidencia en nuestro país, donde ya hay entre dos y tres millones de personas infectadas.
Este virus afecta a entre un cinco y un diez por ciento de la población de más de 18 años en nuestro país, por lo que el Foro VPH , formado para concienciar a la población de su importancia y fomentar la investigación, ha lanzado un claro mensaje de prevención: evitar la promiscuidad sexual y utilizar el preservativo en relaciones no estables son las únicas medidas para prevenir este virus y el resto de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA.
Existen dos tipos de VPH en función de su asociación a cáncer: uno de bajo riesgo, que con frecuencia se manifiesta en forma de verrugas genitales, y otro de alto riesgo que se encuentra en el 98 por ciento de los casos diagnosticados de lesiones precancerosas y cáncer de cuello de útero, además de estar relacionado con otros tumores del tracto urogenital masculino y femenino.
La enfermedad afecta tanto a mujeres como a hombres, pero son las mujeres infectadas las que tienen peor capacidad de respuesta inmunológica, por lo que en ellas existe una mayor persistencia de la lesión. El tabaco, la exposición hormonal por toma de anticonceptivos o embarazo, la deficiencia nutricional o las infecciones del tracto genital inferior son otros factores que favorecen que el VPH acabe progresando hasta desarrollar un cáncer.
Cómo prevenirlo
Según los expertos del Foro VPH, entre las medidas preventivas de esta infección se encuentra «la educación sanitaria, no sólo de la población, sino también de los profesionales sanitarios que deben actualizar su formación científica», además de ser necesario concienciar a todos los ciudadanos de la obligación del uso del preservativo en relaciones no estables o con personas sexualmente promiscuas.
Su tratamiento sigue siendo hoy por hoy complicado. Existen dos grupos de tratamientos para las verrugas genitales, mediante fármacos y mediante tratamientos físicos que tratan de extirpar o destruir las verrugas genitales usando la crioterapia o la escisión quirúrgica. Pero de momento estas técnicas no garantizan la eliminación del virus, que se extiende fácilmente a las células vecinas a las verrugas, dificultando su eliminación total.
Las principales investigaciones en este momento se llevan a cabo desarrollando nuevas vacunas, tanto profilácticas como terapéuticas, pero sus primeros resultados se esperan para dentro de un mínimo de cuatro años, lo que da una idea de la importancia de la prevención para evitar esta enfermedad.
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