El hábito de chuparse el dedo o abusar del chupete perjudica el crecimiento de los huesos de la cara y provoca disarmonías en la cara, han advertido especialistas reunidos en el XIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), celebrado recientemente en Tenerife.
Estos malos hábitos pueden ser, en algunos casos, los culpables de que entre un 10 y un 15 por ciento de la población española presente algún tipo de disarmonía dentofacial, que «afecta a la estética y funcionamiento de la persona», ha advertido el doctor Jesús Sánchez Gutiérrez, médico del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid.
No obstante, el doctor Santiago Llorente, presidente de la SECOM, distingue entre el uso y el abuso del chupete. «Si utilizamos el chupete de manera racional, sólo unas horas cada día hasta los tres años, no tiene por qué ser nocivo para el niño». No obstante, a partir de los cuatro años, «su uso prolongado puede crear un efecto de ortopedia en el paladar, de moldeador del crecimiento facial, que puede tener repercusiones, como la imposibilidad de cerrar la boca -mordida abierta», detalla este especialista.
Y el hecho que el niño no pueda cerrar la boca «condiciona una malformación de las estructuras de la cara, una mayor presión de la musculatura de las mejillas, lo que produce un paladar alto y, por tanto, el niño puede tener problemas de respiración y la imposibilidad de morder los alimentos correctamente, con lo que la digestión empeora», advierte el especialista.
Por otro lado, «también destaca el problema estético de unos dientes torcidos, que si no corregimos con ortodoncia podría ocasionar problemas psicológicos al niño», advierte el especialista.
El dedo en la boca también perjudica el paladar
Pero no sólo el abuso del chupete puede dar problemas en el desarrollo del paladar y la dentadura del niño, «también el dedo en la boca a todas horas, como sustituto del chupete, puede provocar que el niño necesite, en un futuro, correctores dentales, así como el resto de problemas que ocasiona el abuso del chupete», destaca. Además de la boca, «también repercute en un mal desarrollo del dedo que continuamente están chupando, quedando más delgado o pequeño», advierte el doctor Llorente.
Para prevenir estos problemas, este especialista recomienda la retirada del chupete en las fases iniciales del hábito y el control del niño, para que no lo sustituya por el dedo de forma inconsciente. «Cuanto antes eliminemos este hábito, mejor», aconseja el especialista.
Pero si el abuso del chupete o dedo ya nos ha dado problemas, «primero se prueba con tratamientos de ortodoncia -correctores dentales y de paladar- para darle la forma que hubiera tenido el interior de la boca sin el uso del chupete. Los seis años es la edad más adecuado para empezar con este tratamiento, mientras que la cirugía se dejaría para más adelante, y sólo cuando fuera estrictamente necesaria», concluye este especialista.
En el caso de los adultos, para solucionar los problemas estéticos y funcionales, sean o no causados por el chupete o el hábito de chuparse el dedo, «es necesario un tratamiento quirúrgico avanzado y poco invasivo denominado ortognática, que interviene en el esqueleto y la máscara facial», destaca el doctor Federico Hernández Alfaro, jefe del servicio de Cirugía Maxilofacial de Centro Médico Teknon de Barcelona.
Asimismo, los cirujanos orales y maxilofaciales aprovechan ciertas intervenciones como las rinoplastias y otras operaciones de cirugía estética en la cara para corregir estas deformidades del paladar.
© 2024 Medicina Television S.A Spain