Educar a los hijos nunca es fácil, pero para algunas familias puede convertirse en una labor bastante complicada. Pequeños problemas cotidianos pueden llegar a desbordar a los padres. Pero ha llegado el momento que la Supernanny actúe para ayudarles a resolver esos problemas. Hemos entrevistado a la psicóloga Rocío Ramos, la SUPERNANNY española.
. Segunda temporada de Supernanny, un programa que está teniendo un gran éxito de audiencia en España y en todo el mundo. ¿Qué te dicen los padres que se encuentran contigo?
Estamos encantados con la respuesta tan positiva de la gente. Los papás muestran un gran agradecimiento por el programa y unas enormes ganas de aprender, de conocer las estrategias más efectivas a la hora de educar a sus hijos. Si con el programa conseguimos que las familias tengan las cosas más claras y eliminen ese inseparable sentimiento de culpa que les acompaña, seremos muy felices.
Ningún niño se resiste al método de Rocío Ramos, lo vemos programa tras programa, ¿en qué se basa?
Trabajo desde la corriente denominada congnitivo-conductual , es decir, observar, idear y poner en marcha unas estrategias para modificar la conducta de los más pequeños. Es decir, no hablamos de terapias sino de pequeñas pautas muy útiles para los padres y efectivas en los niños.
¿Qué malos hábitos adquieren con facilidad los niños, y a los que tenemos que estar en alerta los padres?
Cada casa es un mundo y en la difícil tarea de educar los niños, las familias se enfrentan cada día a una nueva dificultad, normalmente pasajera. Los padres van trabajando por ensayo y error, buscando mil y una soluciones a los problemas sin ser constantes con ninguna. Es cuando hablan que «están desbordados» y que «no encuentran una solución práctica». Cuando quizás lo primero que deben hacer es plantearse por qué su hijo actúa así, qué razón le mueve y en base a ella idear y poner en práctica un plan de choque con constancia y firmeza.
Muchos padres creen que la base a sus problemas es no dedicar el suficiente tiempo a sus hijos… ¿Qué es más importante cantidad o calidad del tiempo de atención?
La calidad, desde luego. Está claro que hay que dedicar un tiempo a nuestros hijos, eso es básico y obligatorio. Todos vamos a trabajar y no nos cuestionamos si ir o no, normalmente, por ello tampoco tenemos que cuestionarnos si pasar o no un tiempo con nuestros pequeños, hay que hacerlo y punto. A partir de ahí, la cantidad de tiempo no es tan importante como la calidad. Y calidad es hacer que nuestros hijos sean protagonistas de ese tiempo y que ellos lo sientan así.
¿Cuál es el mayor problema al que se enfrentan los padres hoy día?
Sin dudarlo: la cantidad de derechos que tienen los pequeños de los que son grandes conocedores y la falta de deberes. Más que hablar de valores concretos -son las familias y la escuela los que deben transmitirlos- habría que hacer más hincapié en los deberes a seguir.
En una jerarquía de deberes y valores, ¿cuál estaría en el primer puesto de la pirámide?
En primer lugar estaría el respeto, el respeto a la autoridad y a los iguales. El adulto debe acompañarlo en el aprendizaje de ese deber y hacer que el niño lo entienda y lo ponga en marcha. El niño debe saber que papá y mamá ponen los límites y que él debe respetar siempre esos límites.
¿Qué hacemos si nuestro hijo no quiere ir al cole, comer o dormir?
Hay que observar cada caso por separado, cada niño es un mundo y cada comportamiento atiende a una razón, su negativa no es porque sí. En ese sentido, seguir consejos generales puede ser erróneo, porque lo que a unos padres les va bien a otros puede ser fallido. Yo recomiendo la observación exhaustiva de nuestro propio hijo porque nos puede dar muchas ideas para llevar a cabo una intervención exitosa. Ese es mi consejo. ¡Y mucha paciencia!
¿Recomiendas a los padres el método de la pizarra y las normas?
Yo recomiendo que se pongan normas, después que cada familia utilice el método que quiera para que los niños las cumplan.
Y a los partidarios de los azotes, ¿qué les dirías?
Que no son válidos porque no son eficaces, no educan. Y el gran riesgo es que los niños crean que los conflictos se solucionan a golpes.
¿Crees que los niños de hoy día son cada vez más violentos?
No me atrevería a afirmarlo. Sucede que en este momento, aunque despunten algunas conductas agresivas en determinados ámbitos no quiere decir que todos los niños sean iguales. La mayoría de ellos tiene un crecimiento correcto y adecuado a su edad. Y, si por alguna razón, notamos algún cambio en nuestro hijo, es cuando debemos ponernos ¡manos a la obra! sin esperar un minuto, para invertir una mala conducta.
¿Qué papel deben desarrollar la escuela, los padres y las familias?
Es el eterno debate que siempre está de actualidad. Yo creo que la educación del niño se genera en todos los ámbitos de su vida: el colegio tiene su parte y la familia y los padres la suya, y hay que llegar a algún punto en común. La responsabilidad es de todo aquel que tiene algún tipo de relación con el niño. Debemos ser conscientes de ello.
¿Lo estaré haciendo bien? Es la eterna pregunta de los padres… ¿qué les diría Rocío Ramos?
Que eliminen ese negativo sentimiento de culpa, el decirse a uno mismo, «soy yo la/el que no ha sabido actuar a tiempo» y poner todas nuestras energía en observar y escuchar con detalle a nuestro hijo. Porque todo lo que hace, tanto para bien como para mal, lo hace por una razón concreta.
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