Se estima que en España entre un cinco y un diez por ciento de la población adulta está infectada por el Virus del Papiloma Humano (VPH), que en los últimos años se ha convertido en una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes en los países desarrollados. La manifestación externa de esta infección son las verrugas genitales, aunque también puede permanecer asintomática.
El Foro del Virus del Papiloma Humano ha editado la guía «Verrugas genitales. Todas las respuestas», un manual que pretende aportar toda la información necesaria a los afectados por esta patología tan desconocida para gran parte de la población. El manual tiene como objetivo ayudar y orientar al paciente y a su pareja sobre el VPH, respondiendo a las preguntas más frecuentes realizadas por los afectados: cómo debe tratarse, cómo se contagia, qué es, cómo decírselo a la pareja, etc.
Las verrugas genitales suelen ser de carácter benigno, pero causan graves desórdenes en las personas que las padecen. Uno de los más importantes son las alteraciones psicológicas, ya que la presencia de esta enfermedad puede provocar sentimientos de culpabilidad, temor, enfado e incluso puede llevar a una ruptura de pareja al producirse problemas sexuales, por lo que en muchos casos se elude el contacto sexual. Otro de los problemas, es que el VPH se relaciona con el cáncer de cuello de útero y vagina en la mujer y de pene y recto en el hombre.
La doctora Aurora Guerra, jefe de Sección de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, señala que es importante detectar y tratar esta infección, porque además de afectar a la autoestima del paciente y ser un problema estético, es de gran importancia su relación con el cáncer. Esta especialista asegura que si se consiguiera erradicar el VPH se acabaría también con el cáncer de cuello de útero. No obstante, para llegar a desarrollar un tumor maligno es necesario que confluyan otros factores predisponentes en el paciente.
Prevención y tratamiento
En el caso de que la infección permanezca oculta, sin verrugas externas, es fácil de detectar con una citología en las mujeres. En el caso de los hombres, la simple observación de cambios en el aparato genital debería ser suficiente para controlar una posible malignidad de la infección. En cuanto al tratamiento de la infección, éste es únicamente sintomático. Para eliminar las verrugas se pueden dar tratamientos que se aplica el propio paciente, o bien otros que debe aplicar el especialista, como el láser, nitrógeno líquido o bisturí eléctrico. También en algunos casos puede resultar necesario someterse a una intervención quirúrgica.
Actualmente no existe un tratamiento que elimine el virus y su desaparición depende del sistema inmunológico de cada paciente, aunque se está investigando una molécula que consigue activar el sistema inmunológico para provocar que éste genere interferón y se facilite la eliminación del virus. Pero de momento no se sabe en qué medida este tratamiento consigue eliminar el virus aunque está demostrado que en cualquier caso la carga viral de cara a los contagios disminuye considerablemente. Este hecho es importante, ya que se estima que una de cada dos relaciones sexuales con una persona infectada implica una transmisión del mismo.
Este documento se repartirá entre los pacientes que acudan a las consultas de dermatología, ginecología y en los centros que aborden las enfermedades de transmisión sexual, ya que es elemental que la población esté informada y pueda prevenir el VPH. Como en otras enfermedades de transmisión sexual el uso del preservativo es fundamental para disminuir el riesgo de infección. Los expertos también aconsejan que en caso de presentarse la enfermedad se aumenten los controles, de manera que si derivase en un cáncer se pudiera detectar a tiempo.
© 2024 Medicina Television S.A Spain