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14Oct. 13
Se recetaba a las mujeres embarazadas para reducir las náuseas. Los bebés nacían con graves malformaciones. Se estima que en España hubo unas 3.000 personas afectadas por este fármaco, aunque actualmente quedan vivos entre 500 y 1.000.
El Juzgado de Primera Instancia número 90 de Madrid celebra este lunes el juicio contra la farmacéutica alemana Grünenthal por la venta del fármaco talidomida en España en la década de los 60, que causó numerosas discapacidades en recién nacidos. Las víctimas acusan a la compañía de haber recibido sólo una «pequeña ayuda» como indemnización y le reclaman 204 millones de euros, 20.000 por cada punto porcentual de minusvalía de los afectados.
En el procedimiento civil están inmersas veinte de las cientos de víctimas que causó el consumo de este medicamento en España, que salió al mercado en 1957 y era utilizado para tratar las náuseas durante el embarazo.
Según la Asociación de víctimas de la talidomida en España (Avite) se estima que en España hubo unas 3.000 personas afectadas por este fármaco, aunque actualmente quedan vivos entre 500 y 1.000.
Aunque fue retirado en noviembre de 1961, Avite asegura que en España la talidomida se siguió suministrando durante seis meses más a las embarazadas e, incluso, a los niños que padecían hiperactividad. De hecho, aseguran contar con documentos originales que lo demuestran y, además, una carta entre el laboratorio y su filial española en Madrid, Medinsa, en la que se exige que no se explicara a los médicos españoles el verdadero motivo de retirada de este medicamento, comercializado con el nombre de ‘Softenon’.
En concreto, en la misiva aportada por Avite, los responsables de Grünenthal permiten a su filial, tal y como ésta les había solicitado, no informar a los profesionales sanitarios españoles de los efectos secundarios que provocaba ‘Softenon’ al considerar que en España la comercialización había sido «muy escasa», pese a que los médicos de otros países sí habían sido informados, explicaron en una rueda de prensa el pasado mes de mayo.
No obstante, sí les pidieron que informaran de forma «exacta y objetiva» de estos efectos a su plantilla de colaboradores externos, con el objetivo de que pudieran contestar «adecuadamente» a las preguntas que le pudieran plantear algún médico.
El prospecto sólo informaba de un «ligero estreñimiento»
De hecho, en el prospecto del medicamento no se informaba de los «graves» efectos secundarios que producía la talidomida sino que, por el contrario, sólo se advertía de que, «ocasionalmente y a causa de la administración prolongada de dosis elevadas», ‘Softenon’ podría provocar un «ligero estreñimiento» que, no obstante, «cedía» con el empleo de un laxante suave.
Por tanto, según han denunciado los afectados, la farmacéutica intentó «ocultar» en todo momento los efectos «tan devastadores» que producía este fármaco e, incluso, no solicitó su retirada de los ‘stocks’ en España «ocultando» así la información a los médicos que lo seguían recetando y que, provocaron que unos 3.000 niños nacieran con malformaciones y tuvieran secuelas «muy graves» de por vida como, por ejemplo, alteraciones del equilibrio producidas por problemas en el oído.
De hecho, no fue hasta el verano pasado cuando el fabricante pidió disculpas públicamente por estos hechos aunque, en España el laboratorio sólo ofreció 120.000 euros anuales para los 200 afectados inscritos en Avite, mientras que, según han denunciado los dirigentes de la asociación, en Alemania los talidomídicos consiguieron una pensión de hasta 7.000 euros mensuales y en Australia lograron también «importantes» acuerdos indemnizatorios».
«Queremos demostrar que los pacientes queremos recuperar la dignidad que los laboratorios nos arrebataron antes de nacer, hace unos 50 años», reconoció entonces el presidente de Avite, José Riquelme.
Grünenthal dice que actuó conforme a la época
Por su parte, el laboratorio alemán señaló entonces a Europa Press que lamenta «sinceramente» esta tragedia y asegura que actuó conforme a los estándares que prevalecían en aquel momento para el desarrollo y realización de pruebas en la industria farmacéutica.
Además, ha informado de que la empresa ha estado abierta a entablar un diálogo con Avite, pero que fue la asociación quien decidió «suspender» el diálogo y recurrir a procedimientos legales.
Sin embargo, Grünenthal ha comentado que los afectados todavía están a tiempo de solicitar el apoyo de la Fundación Contergan. En este sentido, la farmacéutica alemana ha recordado que a partir de 2011 puso en marcha una iniciativa dirigida a los afectados a nivel internacional con el fin de dar apoyo a aquellos casos con «mayores dificultades».
Ahora bien, Grünenthal ha indicado que en España hubo diversas empresas que habían fabricado y distribuido productos con talidomida de forma «totalmente independiente» a Grünenthal y que, incluso, estas empresas trajeron productos con talidomida al mercado español antes de que la farmacéutica lanzara su propio producto a través de su distribuidor español.
Así, ha negado que siguieran comercializando talidomida en España ya que, según ha recalcado, el distribuidor español de la farmacéutica los dejó de comercializar en noviembre de 1961, momento en el que Grünenthal había «cesado» la promoción de sus productos tanto en Alemania como en otros países.
«El Gobierno español prohibió oficialmente todos los productos con talidomida en el mercado español en mayo de 1962. En ese momento, los productos con talidomida de empresas que habían fabricado y distribuido sus productos independientemente de Grünenthal podrían estar todavía en el mercado español. Sin embargo, el distribuidor local español de Grünenthal en ese momento ya había cesado la distribución de los productos con talidomida de Grünenthal siguiendo las instrucciones dadas por Grünenthal en noviembre de 1961», ha señalado la farmacéutica.
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