SEPAR propone un modelo de financiación de los tratamientos para dejar de fumar

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en todo el mundo, y es una de las enfermedades crónicas adictivas más frecuentes en España. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) propone la financiación de los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar mediante contratos de riesgo compartido entre las industrias farmacéuticas y los sistemas sanitarios en cuanto a los medicamentos para dejar de fumar, y mediante el establecimiento de las condiciones que debe cumplir el fumador cuando expresa su compromiso de abandonar su hábito tabáquico.

Por otra parte, el área de tabaquismo de SEPAR también recomienda el uso de nuevos tratamientos del tabaquismo, que consisten en la reducción progresiva del consumo de cigarrillos, mediante los chicles de nicotina, como paso previo al abandono definitivo del tabaco.

El Dr. Julio Ancochea, presidente de SEPAR, considera que «todos los fumadores que deseen dejar de serlo tienen derecho a pedir que le traten esta adicción y a recibir ayuda y ser derivado a una unidad de Neumología especializada en tabaquismo». El Dr. Juan Antonio Riesco, coordinador del área de tabaquismo de SEPAR, señala que «cuando se financian, pública o privadamente los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar se consigue que un mayor número de fumadores activos realicen un serio intento de abandono de la adicción, lo cual incrementa el número de ex fumadores, y además aumenta ligeramente las tasas de abstinencia prolongada».

En la financiación de tratamientos farmacológicos del tabaquismo es fundamental que la industria farmacéutica acepte su compromiso firme con los objetivos de sostenibilidad presupuestaria, la devolución del gasto en caso de prescripción inadecuada y el establecimiento de diferentes precios para distintos grupos poblacionales. El sistema sanitario público, por su parte, debe aceptar un precio en base a la innovación del producto y debe tener presente que cualquier re-negociación del precio debe ser realizada de forma bilateral entre el sistema sanitario y la industria. El Dr. Juan Antonio Riesco comenta que «el tratamiento se debe prescribir cuando el fumador expresa su compromiso para dejar de fumar y fija una fecha para hacerlo». Asimismo, el especialista afirma que «es primordial identificar de entre la población de fumadores algunos colectivos prioritarios con el objetivo de optimizar los recursos disponibles».

Entre el colectivo de pacientes prioritarios destacan aquellos que padecen alguna patología producida por el tabaquismo (EPOC, enfermedades cardiovasculares de diferente índole o el cáncer de pulmón), pacientes que sufren una enfermedad no producida directamente por el tabaco pero que empeora con su hábito (asma bronquial, diabetes, bronquiectasias, insuficiencia respiratoria crónica de cualquier etiología y síndrome de apnea durante el sueño), fumadores que, aún sin presentar patología, manifiestan deseos serios de dejar de fumar, y han realizado intentos previos y no son capaces de controlar su consumo, bien sea por la intensidad de la dependencia o por presentar co-morbilidad psiquiátrica, y profesionales considerados como modélicos por la influencia que su profesión ejerce sobre las conductas de la población, como los profesionales sanitarios o los docentes.

El Dr. Carlos Jiménez, neumólogo experto en tabaquismo y miembro de SEPAR, destaca que «sólo se debe usar el tratamiento farmacológico que ha demostrado ser eficaz y seguro, y que es recomendado por las distintas guías nacionales e internacionales de tratamiento del tabaquismo». Asimismo, el Dr. Jiménez comenta que «para optimizar el uso correcto del tratamiento farmacológico, éste se entregaría al fumador de forma paulatina a medida que éste acuda a las consultas de seguimiento, y en ningún caso es recomendable la entrega de toda la medicación al inicio del tratamiento».

El tratamiento del tabaquismo debe incluir una combinación de tratamiento farmacológico para aliviar la dependencia que el fumador tiene por la nicotina y apoyo psicológico para combatir la adicción por el consumo inhalado del tabaco. La administración de nicotina mediante el consumo del cigarrillo produce lesiones orgánicas en las neuronas del área tegmental ventral del mesencéfalo, y provoca un incremento en el número y en la función de los receptores nicotínicos alfa 4 beta 2.

Estas lesiones convierten al fumador en dependiente de la nicotina. Ésta, produce alteraciones físicas y psíquicas en el fumador, lo que se denomina «síndrome de abstinencia». El Dr. Riesco asegura que «este síndrome conduce al fumador a una búsqueda incontrolada e insana de la nicotina a través del consumo de los cigarrillos». Asimismo, el Dr.Riesco añade que «existen pruebas suficientes para recomendar el uso de chicles de nicotina, ya que es la forma más rápida de administrar nicotina a los pacientes que quieren dejar de fumar, aunque es primordial ajustar la dosis de chicle al grado de dependencia física del fumador».

Por otra parte, el Dr. Riesco señala que «en caso de fracaso en el intento de dejar de fumar, no se volvería a ofertar tratamiento gratuito hasta pasados seis meses desde la fecha de fracaso. Se consideraría como fracaso a aquellos fumadores que consumieran a diario uno o más cigarrillos a pesar de llevar cuatro semanas de tratamiento; aquellos fumadores ocasionales que consumieran cigarrillos tres o más veces a la semana a pesar de llevar cuatro semanas de tratamiento; y en función del criterio del médico responsable». No obstante, el coordinador del área de tabaquismo de SEPAR comenta que «es importante considerar que la curación de esta enfermedad es que el fumador se responsabilice de su estado de salud y se muestre dispuesto a realizar un serio esfuerzo por dejar de fumar, ya que el tratamiento del tabaquismo es diferente para cada fumador y depende fundamentalmente de la motivación que tengan para abandonar definitivamente el hábito tabáquico».