Si tomas antihistamínicos, no conduzcas

14Sep. 00

Los antihistamínicos pueden afectar a la conducción tanto como lo puede hacer el alcohol, según un estudio publicado por la Universidad de Iowa en la revista Annals of Internal Medicine. Mucha gente toma este tipo de medicamentos para tratar problemas de alergia como la rinitis, y es sabido que los antihistamínicos de primera generación causan somnolencia.

Los autores de esta investigación, dirigidos por el doctor John M. Weiler, han querido comparar los efectos en la capacidad de conducción de dos tipos habituales de antihistamínicos: difenhidramina y fexofenadina. El primero de ellos es un antihistamínico de primera generación y el otro es un nuevo medicamento. En el estudio participaron 40 conductores con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, todos ellos con rinitis alérgica y que habían tomado antihistamínicos en anteriores ocasiones para tratar su enfermedad.

Los participantes fueron evaluados en un simulador una vez por semana durante cuatro semanas. Antes de realizar cada una de estas sesiones se les administraba fexofenadina, difenhidramina, alcohol o un placebo, pero ni ellos ni los examinadores sabían cual de estas sustancias habían tomado. En cuanto a los resultados, destaca el hecho que en los conductores que habían tomado difenhidramina empeoraba la capacidad de conducción, mientras que ésta era mejor en los que habían tomado fexofenadina o alcohol.

En general, la conducción después de tomar fexofenadina era parecida que después de tomar placebo. Después de tomar alcohol presentaban problemas en la conducción como no respetar la distancia mínima o pisar la línea del centro. Pero los peores resultados fueron los causados por la difenhidramina. «Sabíamos que los antihistamínicos de primera generación, como la difenhidramina, afectan a la capacidad de conducir. Sin embargo nos sorprendió descubrir que este antihistamínico influye más que el alcohol. En cambio, descubrimos que la fexofenadina, un antihistamínico de segunda generación, no afecta a la conducción», explica John M. Weiler.

Los autores del estudio afirman en su artículo que «la sensación de somnolencia no es un buen indicador del peligro, de tal manera que los conductores no pueden fiarse de este factor para saber cuándo no deben conducir». Esto es importante ya que muchas veces los conductores esperan que aparezcan los síntomas de somnolencia para dejar de conducir. Asimismo también advierten que «la gente debería ser tan prudente en la conducción después de tomar estos antihistamínicos como después de tomar alcohol».

Los investigadores de la Universidad de Iowa recomiendan recetar a los pacientes que conducen antihistamínicos como la fexofenadina que no producen somnolencia, aunque por otra parte los usuarios deberían leer bien los efectos secundarios y advertencias de los medicamentos antes de conducir un vehículo.