SIDA, hablan sus víctimas

30Dic. 02

Se acaba de presentar en Madrid un estudio cualitativo que recoge las percepciones de 16 personas infectadas por SIDA respecto a su enfermedad, los nuevos tratamientos, su relación con los médicos y cómo han cambiado sus relaciones familiares, laborales y sociales.

Nos hablan ocho pacientes de Madrid y ocho de Barcelona que fueron infectados por diferentes vías, desde el consumo de drogas hasta la transfusión, pasando, claro por las relaciones sexuales hetero y homosexuales. Todas las declaraciones han sido extraídas del estudio Actitudes de la población seropositiva respecto al SIDA/VIH.

– Para mí, el hablar del tema es como terapéutico. Pienso que lo necesito. Mi familia nunca me pregunta cómo me encuentro.

– El virus se transmite, no se contagia. Hay gente que cree que se contagia pero no es así. Se transmite. No se contagia como un resfriado.

– El problema es que te obliga a esconderte para no dar explicaciones; en general tampoco es un tratamiento muy incómodo.

-Siempre me escondo. La gente te pregunta qué pastillas tomas y eso. Prefiero esconderme y no dar explicaciones.

– Cuando me lo diagnosticaron me supuso un palo. Me costó mucho aceptarlo. Al principio me sentía culpable.

– Me ha costado mucho tener que replantearme la vida. Muchos años de estudio, buenos colegios para que ahora todo se vaya al «carajo».

– Necesitas que te apoyen para no hundirte. Yo he tenido más problemas psicológicos que físicos. Lo peor es el coco. Hay días en que no quiero salir de la cama.

– Tienes que aprender a vivir con esto.

– SIDA va unido a vicio, a drogas, entonces mucha gente piensa que se lo han buscado.

– La gente debe saber que somos personas normales, que el SIDA no distingue entre personas.

– Incluso existen seropositivos que rechazan a otros seropositivos.

– En España todavía existe la percepción de que si estás gordito y saludable no tienes el SIDA. Es un error que puede ser fatal. Yo lo contraje por eso. Tenía buena pinta y practiqué sexo sin precaución. No tenía la información que hay ahora.

– La gente cree que a los seropositivos se nos nota en la cara. No es así. Esta idea es peligrosa porque puedes pensar que una persona está bien por su aspecto y puede tener el virus. Es importante que se diga que nuestro aspecto no es diferente de nadie.

– Vas viendo cómo te degradas y eso es muy doloroso. Te cuesta aceptarte físicamente. A veces te planteas dejar de tomar las pastillas porque te afecta el físico.

– No hay punto de comparación entre cómo estaban las cosas antes y ahora. Los medicamentos han mejorado muchísimo. Se nota una barbaridad. La investigación nos ha abierto muchas puertas.

– Yo creo que las mejoras deben venir de la disminución de los efectos secundarios y de la reducción de las dosis diarias.

– El otro día, mi sobrinita tenía la gripe y preferí no acercarme. Si me coge a mí me puede perjudicar muchísimo. Debo tener cuidado.

– En el caso de que una persona sepa que es seropositiva y practique el sexo sin precauciones es una «putada» porque estás matando a otra persona automáticamente. El que lo está haciendo sin precauciones está jugando a la ruleta rusa. Debe ser consciente de eso y hay que recriminárselo.

– ¿Cómo puedes ocultar algo así? No se trata de decírselo a todo el mundo pero a tu pareja sí.

– Yo no me puedo fiar de mi pareja cuando me dice que no es portadora. Y no porque me mienta. Puede ser que mi pareja sea seropositiva y no lo sepa.

– Si mi pareja no toma precauciones no lo hago. Es para proteger al otro y para protegerme a mí mismo.

– Me lo transmitió mi primer marido. Me enteré años después, cuando él murió. ¿Soy culpable de haberlo adquirido por querer a alguien?

– Mi marido. Se lo transmitió su primera mujer. Cuando se enteró ya estaba conmigo y me lo transmitió a mí.

– Yo creo que todo el mundo debería de hacerse la prueba.

– Se debería hacer una campaña para que la gente se haga la prueba. Mucha gente tiene el virus y no lo sabe.

– Yo voy siempre con unos guantes en el bolso. Por si tengo que ponérmelos en algún momento si alguien se hace una herida o algo.

– Cuando sales mucho, te tomas unas copas, rayas, pastillas, te metes en un cuarto oscuro… hay momentos en los que no controlas. Cuando tengo los cinco sentidos no harás nada que pueda dañar a alguien, pero cuando no lo estás…

– Hay que olvidarnos del puritanismo y de que todos somos buenos. El VIH no conoce de clases sociales, ni religiones… Como todas las enfermedades. Hay que partir de esa base.

– Ha aumentado el número de chicas adolescentes con VIH porque se decía que sólo era cosa de gays… Al principio se llamaba cáncer de los maricones.

– El concepto de grupos de riesgo es erróneo. Yo creo que hay prácticas de riesgo o actitudes de riesgo, pero no grupos. El problema de hablar de grupos de riesgo es que mucha gente que no pertenece a estos grupos de drogodependientes o gays… pues piensa que no le puede pasar nada y que está a salvo.

– (Infectada por transfusión sanguínea): Cuando se lo dije a mi marido, reaccionó mal. Llevaba nueve años con él y me acusó de ponerle los cuernos. Sin tener yo culpa me llamó sidosa.

– No mantengo relaciones con mi marido desde hace unos meses. No sé… no me apetece ni tomando precauciones. Él me dice que no pasa nada pero me cuesta actuar igual.

– Mi mujer me ha dejado. No por ser seropositivo sino por todo lo que conlleva la enfermedad. Me encerré en mí mismo, angustiado por no poder darle a mi mujer lo que necesita. Esto me alejó de ella. Al final me dejó y la comprendo.

– Mi hija no lo sabe. Es muy pequeña y no lo entendería. Además se le podría escapar en el colegio y la marginarían.

– Para mis amigos soy el de siempre. Eso te ayuda a seguir. Me gustaría que la sociedad entera tuviese los mismos valores que mis amigos. No sé si es un problema de educación o qué, porque idiotas los hay en todas partes…

– Yo le pido a la vida poder crear una familia; encontrar un empleo y formar una familia.

– Cuando se habla del SIDA en la tele parece que hablen de una plaga o algo así. Es tan sensacionalista que no informa de lo que es la enfermedad.

– La sociedad llega a hacerte sentir como un leproso. Es deprimente. Mi hermana no me deja darle besos a su hijo.

– Lo ideal sería vivir en una sociedad en la que pudieses decirlo tranquilamente sin que nadie te perjudique por ello.

[Actitudes de la población seropositiva respecto al SIDA](/profesional/reportajes/actitudes-de-la-poblacion-seropositiva-respecto- al-sida-2343/)