Siete de cada diez personas con dolor crónico presentan trastornos psicológicos como depresión y ansiedad

Según datos de la Sociedad Española del Dolor (SED), casi el 70 por ciento de los pacientes con dolor crónico presenta trastornos psicológicos como depresión y ansiedad. Además, el 43,4 por ciento de estos pacientes despierta por la noche a consecuencia del dolor y el 44 por ciento incluso requiere tomar algún medicamento para poder dormir.

Casi dos de cada diez personas con dolor requiere de tratamiento psicológico, ha destacado el presidente de la Sociedad Española del Dolor, el doctor Manuel Rodríguez. Así, las alteraciones más comunes en estos pacientes son la depresión (que afecta a un 36 por ciento) y la ansiedad (un 33 por ciento).

Otro de los factores que afecta a la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico son los hábitos del sueño, destaca también el presiente de la SED. Según el estudio Valoración socio-epidemiológica del paciente mayor de 65 años con dolor crónico no oncológico , más del 43 por ciento de los pacientes despierta por la noche a consecuencia del dolor y el 44 por ciento incluso requiere de algún medicamento para poder conciliar el sueño.

«El dolor y la depresión comparten mecanismos comunes en el sistema nervioso central», y por ello «mantienen una estrecha relación tanto fisiológica como clínica», detalla su compañero el doctor José Ramón González-Escalada, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Ramón y Cajal y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor.

Por ello, «podemos considerar que la incidencia de cuadros depresivos entre pacientes con dolor crónico es considerable. Asimismo en la depresión, el dolor es un síntoma muy frecuente», destaca este especialista.

Dolor y dependencia

El estudio, además, incide en el que el dolor no sólo afecta al propio enfermo, sino que tiene repercusiones en su entorno. Según este estudio, más de la mitad (el 55 por ciento) de los pacientes que padecen dolor requieren de la asistencia de otra persona.

El estudio ha contado con la participación de 594 ancianos tratados en las unidades de dolor de 15 hospitales españoles, de los cuales un 58 por ciento refieren que el dolor ha perturbado sus relaciones familiares. Y siete de cada diez pacientes considera que este padecimiento tiene una influencia alta o muy alta en su calidad de vida, lo que afecta su estado de salud.

La relación entre el dolor y los trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad, es muy importante y merece un especial interés por parte de los profesionales sanitarios, tal como destaca el Dr. Rodríguez. «Se debe considerar que el tratamiento del dolor está vinculado no sólo con la calidad de vida del paciente, sino con su salud mental».

Así, «la formación adecuada y la especialización de los profesionales en esta materia será una herramienta fundamental para poder abordar esta situación de manera adecuada y poder garantizar a los pacientes un mejor diagnóstico, tratamiento y pronóstico del dolor», defiende la Sociedad Española del Dolor.

El ejemplo de Andalucía

La SED también ha querido felicitar recientemente a la comunidad andaluza por haberse convertido en la primera región española en «comprometerse a desarrollar antes de que finalice este mismo año un Plan Integral para el Tratamiento del Dolor», aplaudió su presidente.

El doctor Manuel Rodríguez también aprovechó para subrayar que tanto el Ministerio de Sanidad como la Generalitat de Catalunya «también han mostrado ya su interés en iniciar el desarrollo de programas del tipo».

Según adelantó el Dr. Rodríguez, el compromiso de este proyecto ha coincidido precisamente con la realización de una jornada científica en Sevilla, que inauguró la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, doña María Jesús Montero, el pasado mes.

El presidente de la SED destacó que en este evento «se están sentando las bases del futuro Plan Integral de la Junta», que definirá el proceso de atención al dolor crónico no oncológico, la consolidación de la red de Cuidados Paliativos, «y un aspecto esencial como es definir el papel que deberán de adoptar tanto la Atención Primaria como la Especializada en lo que a derivación y tratamiento de estos enfermos se refiere», añadió.

Sobre este último aspecto, el doctor Manuel Rodríguez se refirió a un reciente estudio elaborado por la sociedad científica que preside y que revela que «existen más de cinco millones de españoles que padecen dolor cada día», volvió a estacar. Un dato que contrasta con el hecho de que «estos pacientes esperan una media de cinco años para ser derivados a las Unidades de Dolor».

En la misma línea, sostuvo que el dolor crónico «afecta gravemente a la calidad de vida del 69 por ciento de los ancianos encuestados», un porcentaje que se eleva «hasta el 80 por ciento de los pacientes ingresados en los centros hospitalarios» si no se atiende a la edad que presenta, o si padecen un dolor agudo o crónico.

Por todo ello, el doctor Rodríguez recalcó «el importante paso dado por la Junta de Andalucía con este compromiso», ya que este Plan «también nos permitirá establecer los criterios de derivación que permitan a los médicos de Primaria saber cuándo pueden derivar a sus pacientes a las unidades del dolor hospitalarias, además de que podremos avanzar en el conocimiento de esta dolencia», detalló.

Otra de las ventajas que a juicio de este experto permitirá desarrollar este Plan en Andalucía será «la posibilidad de universalizar entre la comunidad médica la escala de valoración del dolor» -que mide del 0 al 10 el dolor que presenta un paciente en un momento dado-, un aspecto de «gran trascendencia ya que hoy sólo el diez por ciento de los médicos españoles usa este tipo de escala», señaló el Dr. Rodríguez.

Con todo, recordó que desde la SED «venimos proponiendo la creación de unidades especializadas y permanentes del tratamiento del dolor en los centros de salud y en los hospitales comarcales». Además de «una mayor formación de los médicos de Primaria en el tratamiento de este dolor que debe ser considerado como una enfermedad», concluye el presidente de la SED.