Diversas investigaciones han constatado que la soja tiene una serie de efectos beneficiosos sobre la salud. Algunas de las ventajas atribuidas al consumo de esta leguminosa son que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, atenuar los síntomas característicos de la menopausia y prevenir la aparición de algunos tipos de cánceres. Además, estudios científicos también han señalado que puede disminuir la aparición de enfermedades cardiovasculares, regular el exceso de colesterol en sangre y prevenir la osteoporosis.
Las primeras investigaciones sobre la soja surgieron al detectar una tasa muy baja de mujeres afectadas por el climaterio entre la población oriental femenina, sobre todo, japonesas. Sólo un cinco por ciento de las orientales padece sofocos, mientras que las mujeres occidentales los sufren en un 75-85 por ciento, según lo confirman diversos estudios clínicos que atribuyen el efecto terapéutico de la soja a las isoflavonas, uno de los componentes más importantes de la soja.
Las isoflavonas tienen una estructura química similar a la de las hormonas, por lo que, a pesar de no serlo, poseen un efecto parecido al de los estrógenos, hormonas sexuales femeninas muy importantes.
Durante la etapa de la menopausia, los estrógenos experimentan un notable descenso por lo que las isoflavonas de alimentos como la soja pueden suplir en parte esta disminución hormonal, que es la causante de sofocos y sudoraciones. Distintos estudios realizados han constatado que el consumo de soja es un remedio eficaz para atenuar algunos de los síntomas característicos de la menopausia.
Hay también estudios clínicos que hablan de los beneficios de la soja en la enfermedad osteoporótica. La osteoporosis es una enfermedad que consiste en la reducción del tejido óseo, con lo cual, los huesos se vuelven frágiles y fácilmente pueden producirse fracturas. Según estos estudios, la soja disminuye la osteoporosis gracias a un aumento de la actividad osteoblástica (formación de hueso) y a una disminución de la osteoclástica (reabsorción de hueso). Asimismo, estudios epidemiológicos han demostrado que la mujer asiática presenta un menor índice de osteoporosis que la europea, y explican esto debido a las dietas más ricas en fitoestrógenos por soja de las asiáticas.
En relación a los beneficios de la soja sobre el cáncer, investigaciones realizadas recientemente han concluido que la soja previene el cáncer al observar estadísticamente que las personas que seguían dietas orientales ricas en soja padecían una menor incidencia de tumores de mama, próstata, colon, ovarios y endometrio, que las que seguían dietas occidentales. Este hecho se asoció al consumo de soja tras comprobarse que la cantidad de isoflavonas que consumen los asiáticos en su dieta es de 45 mg/día de promedio mientras la de los occidentales no llega a 5 mg diarios.
Respecto a los beneficios en la reducción del colesterol, la lecitina de soja, por su parte, ha demostrado favorecer el trasporte de colesterol sanguíneo y su metabolismo reduciendo así el riesgo de acumulación en las paredes de las arterias. Otros trabajos evidencian además que sus isoflavonas disminuyen el nivel de LDL o colesterol «malo» y elevan el HDL o colesterol «bueno» en casos de hipercolesterolemia.
Valores nutricionales
La soja se caracteriza por su alto contenido en proteínas, en torno a un 37 por ciento de su composición. Además, también presenta un 23,5 por ciento de grasas, sobre todo ácidos grasos poliinsaturados (son los cardiosaludables), otro 23,5 por ciento de hidratos de carbono, un 12 por ciento de fibra, contiene todos los aminoácidos esenciales, vitaminas A, D, K, E y B y minerales (potasio, fósforo, calcio, magnesio y hierro, entre otros).
El porcentaje de proteínas contenido en la soja es mayor que en otras legumbres y también superior en calidad. La calidad de las proteínas depende de la variedad y cantidad de sus aminoácidos.
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