Soja y menopausia

24Feb. 04

Para detectar de forma precoz y tratar eficazmente las posibles enfermedades o trastornos asociados a la menopausia es fundamental realizarse al menos una revisión ginecológica al año y controles como mamografía y citología.

Con la llegada de la menopausia aumenta el riesgo de que aparezcan enfermedades como osteoporosis, obesidad, trastornos cardiovasculares, trastornos del carácter o disfunciones urogenitales. La periodicidad de las visitas al médico es fundamental y se ha de evitar dejarlo siempre para otro momento, ya que, a pesar de la necesidad de prevención, todavía se dan algunos casos extremos. Se estima que alrededor de un 1 por ciento de las mujeres que llegan a la menopausia tuvo su última revisión ginecológica en el último parto, algo que ocurrió aproximadamente 15 años atrás.

¿Qué pasa con la Terapia Hormonal Sustitutiva?

En cuanto a los tratamientos a seguir durante la menopausia, recientemente Sanidad ha advertido de los riesgos del uso de Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) a largo plazo (durante más de cinco años). Y es que, según estudios recientes, su uso prolongado puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Sanidad ha estimado que, a pesar de la efectividad de la THS en la prevención de la osteoporosis, el riesgo para su uso a largo plazo hace que «no deba contemplarse como terapia de primera línea», tal y como señalan los responsables del Ministerio en un comunicado.

Sin embargo, también se apunta que esto no afecta a las mujeres que estén utilizando la THS para el tratamiento el tratamiento de los síntomas de la menopausia a corto plazo ya que, en esos casos, los beneficios superan los riesgos. Por otro lado, a los cinco años de haber abandonado el tratamiento el riesgo disminuye al mismo nivel del que tienen las mujeres que nunca han utilizado esta terapia.

Algo que resulta fundamental y que no entraña ningún riesgo es la medicina preventiva. Según el doctor José Villero, Jefe de la Sección de Endocrinología Ginecológica y Menopausia del Hospital Regional Universitario de Reina Sofía de Córdoba, «cuando una mujer comienza a tener trastornos menstruales ha de vigilar que sus hábitos de vida sean saludables». Así, algunas prácticas aconsejables serían realizar ejercicio físico de forma continua, como andar a paso ligero, hacer yoga o natación, no fumar, evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y café o seguir una alimentación equilibrada y rica en alimentos con calcio.

El poder de la soja

Dentro de estas prácticas saludables, y en la rama de las prácticas naturales, estudios recientes han demostrado que la soja es el tratamiento natural más eficaz para la menopausia, ya que reduce los sofocos, actúa sobre el colesterol y también tiene un efecto protector del hueso.

Más concretamente, los fármacos basados en la soja reducen entre un 30 y un 50 por ciento los sofocos, que padecen un 80 por ciento de las mujeres en edad climatérica. A la vez, la soja ayuda a controlar el colesterol, pudiendo así reducir las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte de la mujer, y protege los huesos. «La incidencia de osteoporosis es menor en la población asiática que en la occidental, y las mujeres japonesas tienen un menor riesgo de fractura de cadera que las occidentales», apunta el doctor Estanislao Beltrán, del Servicio de Ginecología del Hospital Clínico de Granada. Esto se atribuye al consumo de soja de la población asiática.

¿Por qué la soja?

Estas propiedades favorables de la soja se atribuyen a las isoflavinas de esta planta, que poseen una estructura química tal que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, supliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia puede provocar la aparición de esos sofocos, sudoraciones, enfermedades cardiovasculares o osteoporosis.

El consumo medio de isoflavonas de soja en la mujer oriental es de 40 mg. Mientras que la dieta de las mujeres occidentales apenas alcanza los 5 mg. Para paliar la carencia de consumo de soja en nuestra dieta habitual los expertos recomiendan incluir en la alimentación más cantidad de alimentos con fitoestrógenos (cereales, hortalizas, legumbres y, especialmente, soja), o bien recurrir a preparados farmacológicos de dispensación farmacéutica. Éstos y otros datos sobre la soja y su papel en la menopausia se recogen en el libro Plantas Medicinales para la Menopausia.