Sólo la cuarta parte de los españoles conoce el ictus

Según la encuesta Conocimientos sobre el Ictus en la Población Española, el número de españoles que saben qué es un ictus ha aumentado desde el cuatro por ciento de 1999 hasta el 27 por ciento en 2003, aunque todavía debe incrementarse este porcentaje ya que es fundamental conocer los síntomas porque esta enfermedad "necesita una atención inmediata", afirma el doctor Antonio Gil Núñez, jefe de la Unidad de Ictus del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

De acuerdo con esta encuesta, el 80 por ciento de la población española recuerda al menos uno de los factores de riesgo del ictus, fundamentalmente la hipertensión arterial (39 por ciento), el tabaco (35 por ciento) y la hipercolesterolemia (31 por ciento). En cambio, únicamente un 54 por ciento de los encuestados conocía alguno de los síntomas de esta patología, pese a que este porcentaje se ha visto incrementado en un 21 por ciento desde la encuesta de hace cuatro años.

El conocimiento de los síntomas de alarma del ictus (la segunda causa de muerte en España y la primera en la mujer) permitiría a las personas o a sus familiares que lo sufren reaccionar a tiempo y acudir rápidamente al hospital, donde si son tratados en las seis primeras horas podrían mejorar sus posibilidades de recuperación de las funciones neurológicas. Cerca del 90 por ciento de los españoles son conscientes de esto último y un 61 por ciento cree que cuanto antes reciban asistencia mayor será la eficacia de los fármacos que reciban. Sin embargo, sólo la mitad de las personas que sufren un ictus se traslada al hospital en esas seis horas cruciales. Por ello, en opinión del doctor Gil Núñez «queda mucho por avanzar para que haya menos mortalidad y menos discapacidad» como consecuencia del ictus.

Las principales fuentes de información a través de las cuales la población conoce el ictus son los medios de comunicación (29 por ciento) y la experiencia de un paciente que haya padecido la enfermedad (22 por ciento), frente a un seis por ciento a través del personal sanitario.

Los participantes en la encuesta sitúan al ictus en el mismo nivel de gravedad que el infarto de miocardio, pero tienen menos dificultades para detectar los síntomas de este último, ya que produce un dolor que no existe en el caso de ictus.

Tratamiento farmacológico

La encuesta revela que el 26 por ciento de la población conoce los tratamientos para esta patología. En el caso de los trombolíticos, que el doctor Gil Núñez señala que pueden lograr «que la zona cerebral dañada se reduzca o desaparezca» en las tres primeras horas, un 15 por ciento de los ciudadanos sabe de su existencia. Asimismo, un 64 por ciento identifica a los neurólogos como los profesionales encargados de tratar el ictus y un 23 por ciento sabe que existen unidades de ictus en los hospitales (que ofrecen servicios específicos para evitar la muerte o incapacidad de los pacientes a causa de esta patología).