Sólo la mitad de los pacientes con tumores hematológicos están recibiendo tratamiento para la anemia asociada, según estudios internacionales

Casi ocho de cada diez pacientes con tumores hematológicos sufren anemia aunque sólo la mitad de ellos están recibiendo tratamiento para esta patología asociada, como demuestran diversos estudios clínicos en Norteamérica, Australia y Europa. Es una de las principales demandas recogidas en el libro Eritropoyetina en Hematología, una obra que quiere ayudar al médico a racionalizar el empleo de agentes eritropoyéticos o ARES, y que ha sido realizada con el apoyo de la Fundación Leucemia y Linfoma.

La anemia es uno de los síntomas más frecuentes de los tumores hematológicos. La astenia y cansancio que origina implica una «pérdida en la calidad de vida del paciente e, incluso, un peor cumplimiento terapéutico, por lo que hay que tratarla lo antes posible», explica el doctor Adrián Alegre Amor, Jefe de Sección de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de la Princesa (Madrid). De hecho, «existen estudios que indican que mejorando la situación de anemia hay una mejor adherencia al tratamiento», añade este especialista.

La causa de esta patología asociada en pacientes con tumores hematológicos es multifactorial. Como detalla el doctor Alegre, «pueden surgir básicamente por la afectación de la médula ósea que hace que se produzcan menos glóbulos rojos, pero también por mielosupresión, por efectos de la quimioterapia o radioterapia, por hemólisis o hemorragias, entre otras causas».

Actualmente, esta patología asociada la sufren el 75 por ciento de los pacientes con tumores hematológicos en algún momento de su evolución aunque el dato más preocupante es que sólo el 50 por ciento de estos pacientes con cáncer -incluyendo los procesos hematológicos- y anemia están recibiendo tratamiento para corregir esta patología asociada, como han puesto de manifiesto diversos estudios y encuestas sobre la práctica clínica habitual realizados en Europa (European Cancer Anaemia Survey, ECAS), Norteamérica y Australia (Australian Cancer Anaemia Survey, ACAS).

A la anemia asociada «no se la está considerando en su justa medida como el dolor u otros síntomas de los tumores», lamenta el doctor Alegre. Esto sucede, en palabras de este especialista, porque «se trata de una anemia moderada que no requiere transfusiones ni reviste, en principio, gravedad, aunque no por ello se la debe dejar de lado».

Cómo mejorar el abordaje de la anemia

Para acabar con esta situación, la Fundación Leucemia y Linfoma de Madrid acaba de promover el libro Eritropoyetina en Hematología , editada por la Editorial Médica Panamericana, «con la intención de disponer de unas normas y recomendaciones terapéuticas para el uso racional de los agentes eritoproyéticos, que han demostrado ser efectivos en el tratamiento de esta anemia», explica el doctor Adrián, coordinador-editor de la guía. Para elaborarla, «se han revisado estudios sobre los resultados clínicos de los agentes eritopoyéticos en las enfermedades hematológicas como la leucemia, mieloma, linfoma e, incluso, en el transplante de médula ósea y para la medicina transfusional». El objetivo fundamental de la publicación es «proporcionar una mayor formación y conocimiento por parte de los oncólogos especialistas a partir de unas pautas racionales sobre el uso de estos agentes», añade el doctor Alegre «.

Se trata de «un buen punto de inicio para reducir ese 50 por ciento de pacientes que todavía no se están beneficiando de un tratamiento contra esta patología», concluye su coordinador.