Sólo uno de cada diez afectados por apnea recibe tratamiento

El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) afecta a un millón de personas en España, pero sólo una de cada diez recibe tratamiento. Ser varón de entre 30 y 70 años, con sobrepeso, cuello ancho, roncador y con somnolencia diurna (debido a la mala calidad de sueño), es el perfil habitual del paciente con apnea.

El cuatro por ciento de la población adulta en España padece apnea obstructiva del sueño, según los datos presentados por los expertos en el XI Curso Internacional de Menarini para ORL celebrado recientemente en Barcelona. Este síndrome consiste en la aparición de pausas en la respiración que se repiten a lo largo del sueño, esto origina diversas alteraciones médicas.

«A veces estas pausas duran tanto tiempo que hacen que haya problemas de tipo fisiológico muy importantes porque estás mucho tiempo sin respirar. Por un lado afecta a la propia función del sueño ya que no se llega a tener un sueño profundo en ningún momento y por tanto no descansas (sensación de sueño diurna) y también hay una incapacidad para trabajar, especialmente en determinados trabajos que requieren mucha concentración. Otra repercusión fisiológica que la apnea del sueño tiene es que produce enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías y puede ser causa, en casos muy extremos, de una muerte súbita durante el sueño», explica el doctor Primitivo Ortega, Jefe del Servicio de ORL del Hospital de Móstoles (Madrid) y director del curso.

Los principales síntomas de la apnea incluyen roncar de forma ruidosa, intranquilidad, movimientos durante el sueño, asfixia y jadeos durante la vigilia, ardor estomacal, sudoración, dolores de cabeza matutinos, dificultad para concentrarse en el entorno laboral, falta de memoria, irritabilidad y depresión. Los expertos estiman que sólo uno de cada diez casos ha sido diagnosticado correctamente. «Hay muchas apneas del sueño que no se diagnostican porque los pacientes acaban por acostumbrarse a esa mala calidad de vida, a esos problemas y no sospechan que eso tenga ninguna solución, especialmente los obesos y los que tienen hábitos alcohólicos», apunta el doctor Ortega.

Existen muchos factores tanto anatómicos como fisiológicos que influyen en la aparición de la apnea, aunque el doctor Primitivo Ortega destaca sobretodo los anatómicos, como pueden ser la constitución de la cabeza y el cuello (cuello ancho), la faringe, la base de la lengua, el paladar o la mandíbula, que dependiendo de su estructura van a propiciar que una persona tenga apnea y obstrucción respiratoria. Este trastorno respiratorio es más frecuente cuando coexisten otros problemas como la hipertensión arterial, ya que los expertos afirman que aproximadamente el 25 por ciento de los pacientes con hipertensión arterial padece apnea y más del 50 por ciento roncan.

Avances en el tratamiento

Los especialistas presentes en el curso destacan la importancia de la prevención y el estudio individualizado de los pacientes para poder elegir el tratamiento óptimo (aparatos orales CPAP, cirugía, láser UPP o LAUP, radiofrecuencia, etc.). Este estudio personalizado de los pacientes, junto con un tratamiento quirúrgico adecuado, puede solucionar el problema en el 85 por ciento de los casos.

El tratamiento más indicado para los pacientes con SAOS grave sería, en primer lugar, la terapia con aparatos orales (CPAP) y posteriormente, si esto no funciona, la cirugía de un paso. La cirugía del septum nasal, paladar, amígdalas y base de la lengua, combinada con la endoscopia de contacto en las vías respiratorias altas, se confirma como uno de los métodos más avanzados en el tratamiento del ronquido y la apnea del sueño. «Tiene muchas ventajas en comparación con métodos anteriores dado que la duración de la operación es menor, disminuye el dolor, la cicatrización es más suave, es más segura y económica y tiene una menor morbilidad», afirma el profesor Mario Andrea, del Hospital Santa María de Lisboa.