Sólo uno de cada dos casos de herpes genital está diagnosticado

La mitad de personas afectadas por herpes genital desconocen su infección por lo que no disfrutan aún de los tratamientos que mejorarían enormemente su calidad de vida. En España se calcula que entre un diez y un quince por ciento de la población adulta española está infectada por el virus causante y sus consecuencias clínicas son más frecuentes entre los 20 y los 40 años de edad.

Según estudios recientes, la mitad de las personas afectados por herpes genital desconocen que son portadoras del virus por lo que ponen en riesgo a sus parejas y no disfrutan aún de los tratamientos que pueden mejorar enormemente su calidad de vida. El herpes genital se caracteriza por brotes recurrentes de vesículas y/o ampollas que pueden ser dolorosas y afectar no sólo a la vida sexual, sino también a la familiar y a las relaciones interpersonales.

Romper el miedo y acudir a la consulta de un médico para consultar el problema es el primer paso para poder diagnosticar un herpes genital e iniciar su solución, como subraya el doctor Juan Ballesteros, especialista en Infecciones de Transmisión Sexual del Centro Sanitario Sandoval de Madrid. Aunque hoy no existe cura y el tratamiento será crónico, las nuevas terapias consiguen no sólo hacer desaparecer sus manifestaciones sino que también consiguen prevenir los brotes.

El uso de tratamientos antivíricos orales como famciclovir consigue la desaparición de los brotes de herpes genital de una forma más rápida, previniendo la aparición de nuevos episodios y reduciendo el número y la severidad de los mismos. Según los resultados de un reciente estudio clínico, controlado con placebo, en el que participaron 692 pacientes, el tratamiento episódico con famciclovir oral redujo significativamente los síntomas causados por el virus (incluyendo el dolor, la sensación de quemazón y el picor) y aceleró la desaparición de las lesiones.

Además, en otro ensayo clínico con 455 mujeres pacientes con herpes genital recurrente de mucha frecuencia, la terapia supresora con 250 miligramos dos veces al día de famciclovir oral durante un año redujo de forma significativa el número de brotes producidos por el virus. Y cuando el tratamiento se mantuvo durante más de un año, la reducción de los brotes en un 80 por ciento. En este estudio, el tiempo medio trascurrido hasta la siguiente recaída fue de casi un año, en comparación con las siete semanas del placebo. El 72 por ciento de las pacientes del grupo de famciclovir no tuvieron brotes después de un año, en comparación con el seis por ciento del grupo placebo.

«Además», añade el doctor Ballesteros, «el uso de un tratamiento antiherpético diario o tratamiento de supresión disminuye, no sólo la aparición de las lesiones características del herpes, sino también la transmisión del virus a la pareja cuando no existen lesiones».

Así, el principal problema al que se enfrentan los expertos encargados del tratamiento del herpes genital es que esta infección está infradiagnosticada, «debido, entre otros factores, a la falta de sensibilización, tanto de los pacientes como de los profesionales sanitarios respecto a esta patología», lamenta el doctor Ballesteros, una falta de concienciación que conlleva «que más de la mitad de personas con herpes genital no haya sido diagnosticada» por lo que ven empeorada su calidad de vida dramáticamente pues no disfrutan de los nuevos tratamientos disponibles».