Soluciones quirúrgicas para la presbicia

La presbicia afecta a toda la población a partir de los 45 años. Hasta ahora la única solución a este problema era el uso de lentes monofocales, bifocales o progresivas, pero muchos de estos pacientes reclaman a sus médicos otra alternativa a las gafas.

La presbicia se produce por un envejecimiento natural del cristalino, que comienza a manifestarse a partir de los 40 o 45 años. Con el paso del tiempo, el músculo ciliar pierde elasticidad y se dificulta la capacidad de acomodación del cristalino, de manera que empeora la visión de los objetos de cerca. Aunque cada vez hay más expertos que piensan que la presbicia está provocada por un aumento del tamaño del cristalino.

Las formas actuales de vida hacen que este problema sea cada vez más invalidante, ya que la visión cercana y la visión media son muy importantes en nuestro entorno. «Hay que tener en cuenta que factores como el uso de ordenadores hacen que la vida cotidiana se desarrolle hoy en día en las distancias cortas, algo que no ocurría hace veinte años. De ahí la importancia de gozar de una buena capacidad de visión entre los 35 centímetros y el metro», señala el doctor Jesús Alburquerque, director gerente de la clínica oftalmológica TACIR.

El tratamiento habitual para la corrección de la presbicia es el uso de lentes, que pueden ser monofocales, bifocales o progresivas. El problema es que a algunos grupos de pacientes les cuesta adaptarse a este tipo de lentes y por eso solicitan una solución quirúrgica que les permita prescindir de las gafas. «La presión social está empujando cada vez más a los oftalmólogos para que ofrezcan una solución quirúrgica a las personas présbitas, como ha ocurrido también con los miopes o con los enfermos de cataratas», explica el doctor Alburquerque.

Técnicas quirúrgicas

El doctor Fernando Castanera, director de la Clínica Oftalmológica TACIR, señala que actualmente existen dos niveles de trabajo dentro de la cirugía para la presbicia. El primero sería la implantación de cristalinos artificiales capaces de provocar una acomodación, ya sea por multifocalidad o por cambios geométricos de la propia lente implantada. Y la segunda línea de investigación se centra en las técnicas de refuerzo del músculo ciliar para recuperar la acomodación.

«Estamos empezando a cosechar buenos resultados en la presbicia gracias a los medios que se están aplicando ya en el campo de la cirugía, pero todavía estamos lejos de conseguir que sea una patología reversible al cien por cien», afirma el doctor Alburquerque. Este es el principal problema que todavía se debe resolver, ya que aproximadamente un 35 por ciento de los pacientes sufre algún tipo de regresión a los seis meses de haber realizado la operación.

«Las cirugías sí que funcionan, pero no se mantienen en el tiempo, desgraciadamente este es uno de los limites que tenemos. La cirugía mejora la calidad de visión del paciente, pero pierde su efectividad en un porcentaje demasiado alto para considerarlo estándar, ya que a los seis meses empiezan a aparecer las regresiones», puntualiza el doctor Castanera. Los expertos esperan encontrar en los próximos años una técnica universal que se pueda ofrecer a toda la población y si esto no es posible, confían en que sea posible intervenir a los présbitas mediante variaciones de una sola técnica.