«Stents» combinados con Rapamicina, ¿reemplazarán a la cirugía coronaria?

La aplicación de stents coronarios podría suponer una revolución que relegara a la cirugía bypass a un segundo plano. Éste fue uno de los temas estrella del reciente primer Symposium Internacional de Cardiología en Barcelona: De la cardiología pragmática a la genética. En el evento se dieron cita expertos como los doctores Valentín Fuster y Bernat Nadal, quienes repasaron el estado de los nuevos tratamientos de las enfermedades coronarias y las investigaciones que están en marcha.

El tratamiento con stents recubiertos con Rapamicina consiste en la implantación en las paredes de las arterias dañadas de un pequeño tubo de malla metálica recubierto con este antibiótico descubierto en Rapa Nui (Isla de Pascua) e investigado por primera vez en EE.UU por el doctor Fuster, quien actualmente dirige el estudio Freedom con 750 pacientes con lesiones multivaso comparándolos con el tratamiento quirúrgico. En Europa el doctor Patrick Serruys, ponente también en el Symposium, trabaja en un estudio similar, el Arts II , con otros 750 pacientes diabéticos y no diabéticos.

El stent es un muelle flexible que se acopla a la arteria dificultando que vuelva a obstruirse. Este método fue introducido por el doctor suizo Ulrich Sigwart y ya era utilizado en varios países con resultados de un 20 por ciento de re-oclusión. Pero con la nueva combinación con Rapamicina se espera que las re-oclusiones no sean superiores al cinco por ciento.

El doctor Patrick Serruys, profesor del Interventional Cardiology Interuniversity Cardiological Institute of the Netherlands, se muestra muy optimista respecto a los resultados de los estudios Freedom y Arts II que deben confirmar la efectividad de esta combinación. Según este especialista, «la técnica stent con Rapamicina va a revolucionar la práctica y sobre todo la cirugía, haciendo que ésta sea la década del tratamiento percutáneo. La cirugía de revascularización pronto no será el gold standard. Si el ensayo Freedom muestra buenos resultados podemos afirmar que la cirugía no tendrá el mismo papel que hasta ahora».

Pros y contras de su implantación

«El gran cambio de la próxima década es que los pacientes con angina inestable serán cada vez menos. Las personas con dolor precordial acudirán más deprisa al cardiólogo y como tendrán más información sobre los tratamientos, habrá que darles los tratamientos más baratos y efectivos», explica el doctor Serruys.

En este sentido, la implantación de stents «va a cambiar nuestra vida», asegura este investigador belga que en su hospital ha conseguido la autorización para aplicar esta técnica en el cien por cien de los pacientes candidatos a partir del 2003, un paso adelante que han logrado «porque podíamos justificar científicamente la necesidad de esta decisión», a pesar de que conlleva una gran inversión económica, pues el gran obstáculo para la implantación de los stent es su alto coste.

Según el doctor Jordi Rius, Jefe del Servicio de Cardiología del Centro Médico Teknon en Barcelona y co-presidente del Symposium, «el tratamiento stent cuesta unos 3.200 dólares en Estados Unidos, pero se supone que cuando se use más, bajará el precio, de momento sigue siendo caro. Todo depende del éxito del estudio Freedom».

Para el doctor Serruys, «no hay que estar preocupado por el coste de la medicina cuando es efectiva. Calculo que en tres o cuatro años el coste dejará de ser un problema. Lo que sucede con el stent ya ha pasado con otros tratamientos, llegará el momento en el que la competencia baje el precio y este tratamiento esté más disponible», opinó.

La reciente aprobación del tratamiento por la FDA norteamericana seguramente publicitará esta opción haciendo que más pacientes exijan este tratamiento. Y en Europa pronto podría pasar algo similar, por lo que Serruys instó a sus colegas cardiólogos a que empiecen a «convencer a los sistemas de salud, a los gobiernos y a las direcciones de sus centros de que existe este tratamiento mejor para poder conseguir utilizarlo a corto plazo».

La medicina de la imagen y principalmente el uso de la resonancia magnética también ayudará a mejorar el pronóstico de estos pacientes, ya que como explica el doctor Serruys, «además de utilizar los stents y hacer un seguimiento metabólico, hay que saber qué ha desencadenado el primer dolor precordial intenso, conocer porqué se formó esta bomba de relojería. Por ello es importante contar con una medicina de la imagen que nos ayude a cambiar la historia natural de la enfermedad».

El otro gran problema es el futuro que podría deparar a los cirujanos cardíacos si se confirma el éxito de los estudios Freedom y Arts II y se consigue abaratar los costes del tratamiento. Según Serruys, «debemos empezar a mantener un diálogo con los cirujanos porque es posible que si antes se operasen, por ejemplo, 15.000 de estos pacientes cardíacos al año, pronto pasen a operar a 15. Pero hay que ganarse a los cirujanos porque seguirán haciendo falta», sentencia.