El sudor en exceso o hiperhidrosis puede parecer un trastorno sin importancia. Sin embargo, la realidad es bien distinta. De hecho, tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, asegura el doctor José Carlos Moreno, vicepresidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Para todos ellos, hay nuevas esperanzas.
Actualmente, casi el tres por ciento de la población española lo sufre. Según explica el doctor Moreno, existen dos tipos de hiperhidrosis, las generalizadas y las localizadas». Los lugares más comunes donde se produce el tan molesto sudor excesivo son, por este orden, «las palmas de las manos (hiperhidrosis palmar), las plantas de los pies (hiperhidrosis plantar) y las axilas (hiperhidrosis axilar)», añade.
El primer paso para combatir este molesto problema es acudir al especialista, es decir, el dermatólogo. Sin embargo, también se debe intentar descartar enfermedades sistémicas como la diabetes o los trastornos de tiroides, que pueden ser también la causa de esa sudoración excesiva.
Los tratamientos más efectivos
Para todas aquellas personas con hiperhidrosis hay buenas noticias. Existen nuevos tratamientos que han demostrado una gran eficacia, pero que deben ser prescritos por el especialista.
Uno de los más avanzados es la toxina botulínica (botox) , hasta ahora utilizada para atenuar las arrugas de la cara. A este respecto, el doctor Moreno señala que «es muy eficaz, pero hay que repetirlo periódicamente porque no es un tratamiento definitivo». Este tratamiento «se usa en hiperhidrosis palmar y axilar, pero también se han visto buenos resultados en la facial aunque hay escasa experiencia», reconoce este especialista.
En el campo de los fármacos , actualmente «se ha demostrado la utilidad del glicopirrolato tópico». Este fármaco cuenta con una baza a su favor: no tiene efectos indeseables, destaca el doctor Moreno. Otra alternativa para la hiperhidrosis son los fármacos anticolinérgicos, que se administran en comprimidos pero que «se usan poco ya que tienen muchos efectos secundarios: sequedad de boca, trastornos urinarios, mareos o somnolencia».
Otra alternativa es la electroterapia mediante iontoforesis , aunque se «necesita dedicarle un tiempo que no todos los pacientes están dispuestos a emplear», reconoce el especialista.
Sin necesidad de prescripción médica, desde hace algunos años, existen las sales de aluminio , un compuesto que está presente en la mayoría, no todos, los desodorantes de farmacia. Estos productos «son útiles» pero «su uso continuado puede provocar irritación cutánea, especialmente en zonas sensibles como las axilas», advierte el vicepresidente de la AEDV. «Ante el fracaso de tratamientos conservadores como éste, ha de acudirse al especialista».
Como último recurso, dado que es el «tratamiento más radical», está la simpactectomía , que «consiste en la destrucción del ganglio estrellado, lo que determina la supresión de la sudoración definitivamente en manos y axilas», detalla el dermatólogo. Se trata de «un procedimiento para casos muy avanzados, ya que precisa anestesia general, ingresos y lo realizan por laparoscopia los cirujanos torácicos». Además, «la simpactectomía que se practica en la mayoría de los hospitales públicos españoles puede producir un fenómeno denominado sudoración compensatoria, que es el cese de sudor en las manos pero el aumento en el resto del cuerpo», concluye el especialista.
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