Tengo asma, ¿y qué?

08Ago. 00

Tengo asma ¿y que?. Bajo este título se pone en marcha la I Campaña Nacional sobre el Asma. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), en colaboración con el Ministerio de Sanidad y diferentes laboratorios farmacéuticos intentan con esta campaña que el asma deje de ser un tema tabú en la sociedad española.

El asma es una enfermedad respiratoria de carácter crónico que se caracteriza por la inflamación de las vías áreas, estrechándose y dificultando así la entrada de aire. Esta patología afecta a casi dos millones de personas en España y a 120 millones en todo el mundo. En total, en nuestro país, sufren de asma el 5% de la población adulta y entre el 5 y el 10% de la población infantil. Los síntomas más frecuentes son una respiración sibilante, disnea o fatiga, tos y opresión torácica. Estos síntomas se presentan con más frecuencia durante la noche y en las primeras horas del día.

Una encuesta realizada por la SEPAR pone de manifiesto que más del 50% de la población ha oído hablar del asma y cree saber qué es. Sin embargo, los expertos consideran que existen prejuicios y desinformación en relación con esta enfermedad. El presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Víctor Sobradillo, asegura que «más del 50% de la población consultada considera que el asma es una patología moderada o grave y casi el 45% opina que es incurable y que modificará su ritmo de vida». Los médicos aseguran que esto no es cierto e intentan, mediante esta campaña, dar a conocer esta enfermedad y aclarar algunas informaciones contradictorias que hay respecto a ella.

Realizar un diagnóstico correcto

Una de las consecuencias principales de tanta desinformación es que el 70% de los asmáticos, según datos del Consejo Asesor de esta campaña, no tienen el tratamiento más adecuado y más del 50% olvida tomar su medicación. Para realizar un diagnóstico correcto del asma, los médicos deben valorar los antecedentes familiares que tenga el paciente, tanto de asma como de alergia. Asimismo, tienen que evaluar también la historia previa sobre atopia, rinitis, conjuntivitis o dermatitis. Otros factores a considerar para poder diagnosticar de forma precoz el asma son los síntomas que desarrolla esa persona tras la exposición al polvo, polen, piel de animales y fármacos. Por último, el médico debe tener en cuenta si el paciente es o no fumador.

Las técnicas diagnósticas más utilizadas son la espirometría forzada, que mide el volumen de aire en una espiración, y la prueba broncodilatadora, que consiste repetir la espirometría después de la administración de un tratamiento. «En los últimos años los tratamientos han mejorado considerablemente. Las armas terapéuticas que manejamos los médicos hacen que el asma no sea ya una enfermedad invalidante y permite una calidad de vida normal para el paciente», asegura Alfonso Delgado, presidente de la Asociación Española de Pediatría.

Otro de los problemas a los que se enfrentan los médicos que tratan enfermedades asmáticas es el abandono del tratamiento, un problema al que se enfrentan la mayoría de los enfermos crónicos. «En el asma hay que hacer un tratamiento continuado, no sólo en etapas de crisis. Pero es difícil concienciar a una persona que se encuentra bien y no tiene ningún síntoma de que debe seguir tratándose aunque no se encuentre mal», matiza el doctor Sobradillo.

Con esta campaña se pretende informar a la población de las posibilidades terapéuticas que existen así como desmentir algunas creencias erróneas. Una de las más importantes es aquella que considera que el asma es incompatible con el deporte. Para demostrar que esto no es cierto colaboran en la campaña muchos deportistas de elite que son enfermos de asma. Sólo en España hay más de 1.000 deportistas profesionales con asma, las asociaciones que organizan esta campaña consideran al deporte una pieza importante en el tratamiento integral de la enfermedad, en contra de los que suponen las creencias generales. En los Juegos Olímpicos de Los Angeles, un 10% de los deportistas norteamericanos eran asmáticos y consiguieron el 24% de las medallas. «Con esta campaña lo que pretendemos es acabar con este tipo de afirmaciones como las que prohiben a los enfermos practicar deporte. En definitiva se trata de cambiar la percepción que la gente tiene del asma. El asma controlada por un médico es igual a una vida normal», opina Víctor Sobradillo.

Factores de riesgo y recomendaciones

La exposición a alergenos ambientales que proceden tanto del exterior del hogar (pólenes, malas hierbas, esporas fúngicas) como del interior (polvo, pelo de los animales) pueden ser desencadenantes de una crisis asmática. De la misma forma el contacto con el humo del tabaco, productos industriales, cambios bruscos de temperatura, pintura o gasolina también pueden ser factores de riesgo para los enfermos de asma. Los médicos apuntan que la contaminación atmosférica, las infecciones respiratorias, el estrés, la ansiedad y alimentos como la leche, huevos, nueces, chocolate, pescado y fresas pueden ser también causa desencadenante de esta enfermedad crónica.

Los expertos recomiendan practicar deporte, que exija un esfuerzo progresivo y no demasiado intenso. Además los asmáticos deben evitar la exposición a los alergenos, sobre todo polen, ácaros y pelo de animales. Para ello, se aconseja cubrir con fundas el colchón y almohada, lavar semanalmente las fundas y la ropa de cama y que durante la estación de más polen las ventanas de la casa permanezcan cerradas.

Los asmáticos deben quitar, durante las épocas de crisis, telas, alfombras, cortinas y moquetas; no utilizar el aspirador y procurar reducir la humedad del ambiente.