22Abr. 04
El tratamiento adyuvante con letrozol, un inhibidor de la aromatasa, mejora la supervivencia y disminuye las recaídas en mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama tras cinco años de tratamiento con Tamoxifeno, según los datos del estudio internacional multicéntrico en fase III MA-17. Su uso para esta indicación se ha presentado en España como una extensión de la adyuvancia.
Las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama primario que han tomado durante cinco años tamoxifeno después de la cirugía pueden beneficiarse de un tratamiento adyuvante que puede mejorar su supervivencia a partir de esos cinco años. Se trata de letrozol, un inhibidor de la aromatasa ya disponible para otras indicaciones y que ahora, según el reciente estudio internacional MA-17 en el que han participado hospitales de EE.UU, Canadá y la Unión Europea; conocemos que disminuye un 43 por ciento el riesgo de recurrencia en estas pacientes y aumenta un seis por ciento la supervivencia.
Letrozol (comercializado con el nombre comercial de Femara) está aprobado como tratamiento de primera línea, pero no todas sus indicaciones están aprobadas en cada país. Se administra por vía oral una vez al día en pacientes postmenopáusicas con cáncer de mama localmente avanzado o metastásico con receptores hormonales positivos o desconocidos. Y también está autorizado para el tratamiento del cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas con progresión de la enfermedad después de tratamiento con antiestrógenos, y como tratamiento neoadyuvante.
Ahora, este estudio con 5.200 mujeres impulsado por el National Cancer Institute de Canadá, el National Cancer Institute de EE.UU y la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC) ha resaltado el beneficio de letrozol después de cinco años de tratamiento adyuvante con tamoxifeno tras cirugía en cáncer de mama. Los resultados han sido publicados en New England Medical Journal consiguiendo una repercusión internacional.
Según el doctor Pere Gascón, Director del Servicio de Oncología Médica y Coordinador científico del Instituto Clínico de Enfermedades Hemato- Oncológicas (ICMHO) del Hospital Clínico de Barcelona, «las mujeres con el tumor eliminado con o sin ganglios positivos, tienen un porcentaje de recidiva que puede llegar hasta un 25-30 por ciento, de ahí surgió el concepto de tratamiento adyuvante con tamoxifeno tras acabar la quimioterapia».
Letrozol, continúa el doctor Gascón, «inhibe a la aromatasa, que es la enzima que hace pasar de andrógeno a estrógeno, por lo que el tumor, al no tener este estimulante, no crece y el propio cuerpo se encarga de eliminar las células que o bien desaparecen o están en un estado de inactividad compatible con una vida normal».
Un fármaco así era necesario, en opinión de este especialista, porque «aunque el tamoxifeno había dado grandes resultados disminuyendo las recaídas y aumentando la supervivencia durante ese tiempo, después de cinco años se vio que no añadía nada. Y las enfermas siguen recayendo, por lo que teníamos que encontrar algún fármaco para dar a partir de estos cinco años».
Para este especialista del Clínico de Barcelona, el estudio MA-17 está muy bien diseñado, y los resultados que arroja el fármaco, con un 43 por ciento menos de recaídas y una disminución de la mortalidad del seis por ciento «son extraordinarios». letrozol está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad conocida a este fármaco, aunque generalmente es bien tolerado. Algunos de los efectos adversos comunicados son dolor óseo, sofocos, dolor de espalda, náusea, disnea, artralgia, fatiga, tos, estreñimiento, dolor torácico y cefalea.
¿Qué decisión deben tomar el oncólogo y la paciente?
Esta indicación de letrozol ha sido presentada como extensión de la adyuvancia, por lo que puede ser utilizada en nuestro país. Para el doctor Pere Gascón, la postura correcta que debe tomar el oncólogo a la luz de los resultados de este estudio es «informar a todas las enfermas, después de acabar los cinco años de tratamiento con tamoxifeno, de los resultados de este estudio con los pros o los contras». El principal problema, en su opinión, es que muchas mujeres serán reacias a seguir tomando otra pastilla diaria, «después de cinco años con Tamoxifeno están muy cansadas y se sienten esclavas de esa pastilla que les recuerda que tuvieron una enfermedad», reconoce este especialista.
Sin embargo, «hay que explicarle a nuestra paciente que la supervivencia con este fármaco mejora un seis por ciento, que es una cifra extraordinaria», y cita encuestas que afirman que «la mayoría de mujeres con cáncer de mama preferirían seguir con quimioterapia si aumenta su supervivencia», por lo que no debería ser un problema conseguir su apoyo a este tratamiento con sólo leves efectos secundarios en su opinión, «aunque empezar a dar a la mujer letrozol sin explicación no es correcto», subraya este especialista.
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