Tratar el asma desde su origen

Los fármacos anti-IgE inhiben el proceso de cascada alérgica, y mejoran sobretodo la calidad de vida del paciente asmático.

El tratamiento anti-IgE podría modificar la cronicidad del asma, de forma que si se administrara en edades tempranas y de manera precoz en niños, sería posible que en la edad adulta la enfermedad fuera menos crónica y más esporádica.

Los fármacos anti-IgE (anticuerpo monoclonal) inhiben el proceso de cascada alérgica, y mejoran sobretodo la calidad de vida del paciente asmático anciano, donde la enfermedad incide con más severidad. Según el doctor Jesús Arribas, médico adjunto del Servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, «en el anciano, el asma suele comportarse con un peor pronóstico, debido al asociado envejecimiento del aparato respiratorio y a la larga evolución de la enfermedad, ya que suele aparecer en edades muy tempranas». Además, existe el agravante de que «estos pacientes tienen mermada la capacidad para percibir los signos de obstrucción bronquial», asegura el doctor Arribas.

El nuevo tratamiento que se lleva a cabo mediante anticuerpos anti-IgE podrá mejorar la calidad de vida de los pacientes asmáticos crónicos. Según el doctor Eduardo Pérez-Yarza, jefe de sección de la Unidad de Neumología Infantil del Hospital Aránzazu de San Sebastián, «próximamente dispondremos de un nuevo tratamiento, el anticuerpo monoclonal anti-IgE, que mejorará la calidad de vida de los asmáticos crónicos, con una mejoría de la función pulmonar y un mayor alivio de los síntomas del asma».

Actualmente el tratamiento del asma alérgico se basa en medidas que evitan que el alergeno entre en las vías respiratorias (medidas de control ambiental) o bien en fármacos que intervienen en el resultado final de la reacción alérgica, es decir, son tratamientos sintomáticos que actúan sobre la inflamación de las vías respiratorias propia del asma, pero no sobre su puesta en marcha. Sin embargo, según el doctor Pérez-Yarza, «este nuevo tratamiento actúa directamente sobre la cascada alérgica y modula la respuesta inflamatoria e inmunológica actuando sobre la IgE». Ésta es una inmunoglobulina que juega un papel importante en la cascada de la reacción alérgica. Cuando un alergeno es inhalado y penetra en las vías respiratorias del organismo de un paciente asmático, la reacción es una producción anormal de la inmunoglobina E (IgE). Estos anticuerpos provocan la liberación de mediadores inflamatorios que son los causantes de las molestias que sufren los alérgicos, provocando así los episodios asmáticos y riníticos. La IgE actúa como un iniciador de la cascada alérgica y por lo tanto, de la hiperreactividad bronquial, ampliándose esa respuesta con la presencia de infecciones respiratorias o de la polución atmosférica.

El primer fármaco anti-IgE se encuentra en su etapa final de desarrollo clínico de fase III para las indicaciones de asma y rinitis alérgica y se comercializará próximamente.