08Sep. 08
La muerte súbita del lactante continúa siendo una de las experiencias más dolorosas para las familias y a la vez más desconocidas para los médicos. No se tiene constancia de las causas ni tampoco de la forma de evitarlo o prevenirlo. No obstante, un equipo de investigación del Hospital del Mar de Barcelona asegura que es recomendable realizar electrocardiogramas preventivos a los recién nacidos ya que podrían detectar problemas cardíacos y evitar el fallecimiento inesperado del bebé.
Además, los expertos afirman que permitiría analizar la frecuencia de estos trastornos y las diferencias según las etnias. Para el responsable de este estudio, el doctor Julio Martí, hay varias anomalías cardíacas detectables mediante un electrocardiograma que están relacionadas con la muerte súbita del lactante. Se trata de las denominadas canalopatías o alteraciones en los canales de iones de las células que son los que permiten la transmisión de los impulsos eléctricos entre células y por lo tanto, la transmisión del latido a través del músculo cardíaco.
También podrían detectarse diferentes cambios en la gráfica del eletrocardiograma. Por ejemplo, uno de los más frecuentes es el alargamiento del intervalo entre la onda Q y la onda T y da lugar a lo que se conoce como enfermedad del QT largo. Esta enfermedad podría estar relacionada claramente con problemas que podrían acabar provocando una muerte súbita, tanto en el lactante como en el adulto.
Por otro lado, añaden que realizar un electrocardiograma neonatal es una prueba inocua, económica y no invasiva que se debería practicar (posiblemente en Atención Primaria) sobre todo si el pequeño tiene antecedentes de muerte súbita o de canalopatías en la familia.
Datos del estudio
El trabajo también intenta descubrir si existe más riesgo de padecer una muerte súbita dependiendo de la etnia a la que se pertenece. Para ello, se realizaron electrocardiogramas durante las primeras 48 horas de vida a más de 1.300 niños de diferentes nacionalidades. Al término se comprobó que «59 lactantes (el 4,5 por ciento) presentaban el intervalo QT anormalmente largo y se encontraron diferencias entre las diferentes etnias, presentando valores más altos los niños de etnia indo-pakistaní y magrebí que los autóctonos».
A los 59 recién nacidos con el QT anormalmente largo se les repitió el electrocardiograma al cabo de un mes, ya que se considera que en el momento de nacer puede influir la inmadurez del sistema nervioso autónomo. Fue entonces cuando se vio que sólo en dos de los niños se mantenían cifras anormalmente alargadas de QT.
Nuevas hipótesis
La pregunta que ha formulado este equipo de investigadores y que dará pie a proseguir los estudios es: «¿Qué pasa con los 57 niños que han normalizado su electrocardiograma al madurar el sistema nervioso, pero que partían de valores muy superiores al resto de recién nacidos?». Su hipótesis es que podría tratarse de niños con alteraciones genéticas de baja expresión que se compensan al madurar el sistema nervioso, pero que ante situaciones en las que se pueda alargar el QT, como por ejemplo la administración de ciertos fármacos (como ciertos antibióticos, antihistamínicos o antifúngicos) podrían volver a presentar arritmias e incluso podrían sufrir alguna muerte súbita en la edad adulta.
La otra peculiaridad de los resultados del estudio son las claras diferencias que se han encontrado entre lactantes de diferentes etnias, especialmente en el caso de los indo-pakistanís y de los magrebíes. En estas etnias no hay datos de referencia, ni registros en sus poblaciones de origen, ni en relación a estas canalopatías ni en relación a la muerte súbita. Pero esta mayor frecuencia de alteraciones electrocardiográficas podría responder a mutaciones que todavía no se han descrito.
© 2022 Medicina Television S.A Spain