En España, los problemas de fertilidad afectan a dos de cada diez parejas, una cifra que va en aumento, ha advertido el doctor Buenaventura Coroleu, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción del Instituto Universitari Dexeus de Barcelona, en el marco del Foro de Reproducción Humana Asistida.
De todas las parejas con problemas «sólo la mitad acuden al especialista, pese a que las técnicas de reproducción asistida pueden dar solución a siete de cada diez casos», ha lamentado el doctor José Manuel Bajo Arena, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), dentro del reciente encuentro de expertos organizado por el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, con el apoyo de la SEF, la SEGO y Merck-Serono.
La falta de demanda plena de tratamientos puede deberse, en palabras del doctor Bajo Arenas, «a la desconfianza, a la imagen fría que se tiene de las técnicas de reproducción asistida o a la situación económica». Dado que las listas de espera para acceder a un centro público puede ser de hasta dos años, un tiempo preciado sobre todo en mujeres de más de 35 años, «muchas parejas optan por un centro privado, donde engendrar un hijo puede suponerles entre 3.000 y 5000 euros», lamenta el especialista.
Por ello, los especialistas consideran importante aumentar todos los recursos para facilitar el acceso de las parejas a las técnicas de reproducción, incluyendo los centros privados. Además, es necesario agilizar el diagnóstico en la consulta del ginecólogo, a tres meses máximo y derivar a un centro especializado, si fuera posible, remarca el doctor Arenas.
Asimismo, los especialistas abogan por dar un paso adelante para que la sociedad «deje de estigmatizar la infertilidad, puesto que es un problema de salud, considerado como tal por la Organización Mundial de la Salud, con un gran impacto epidemiológico y psicológico en las parejas», añade el doctor Coroleu.
Qué esconde una infertilidad
Cuatro de cada diez problemas de fertilidad de pareja son atribuibles a factores masculinos, según informa el doctor Coroleu, mientras que el resto tienen su origen en la mujer.
Entre las causas que subyacen bajo la infertilidad femenina destaca «la tendencia a retrasar el momento del embarazo en las parejas, en muchos casos hasta los 35, un momento en el que la actividad del ovario se ralentiza y la fertilidad decae un 50 por ciento», destaca el especialista. «El cumplir una carrera profesional y desarrollar un trabajo hace que la mujer se plantee mucho más tarde la posibilidad de ser madre».
Además, «las secuelas de ciertas infecciones genitales -que alteran la calidad de las trompas- también dificultan la posibilidad de quedarse embarazadas», añade el doctor Coroleu.
Pero también los hombres tienen «su cuota de infertilidad», destaca el doctor Coroleu. Ésta se debe a factores como «el estrés, la mala alimentación, el tabaco y el alcohol, y la ropa muy ajustada, entre otros, que siguen haciendo disminuir la calidad y cantidad del esperma», reconoce este especialista barcelonés.
Dos tipos de técnicas de reproducción
Las técnicas de reproducción «están indicadas para todas las causas de infertilidad, tanto para los factores masculinos como para los femeninos», asegura el especialista. En ese sentido, se dividen en dos grupos: la inseminación artificial y la fecundación in vitro.
El primer grupo, la inseminación artificial, «está indicada en los casos de esterilidad sin causa aparente o con factor masculino leve». Se trata de una «técnica sencilla: hacemos una selección de esperma masculino idóneo y colocamos esa muestra en el interior de la madre. En estos casos, las trompas tienen que estar en perfectas condiciones para que se realice con éxito», destaca el doctor Coroleu.
Mientras que la fecundación in vitro «es una técnica de laboratorio que supone una mayor complejidad, aplicable cuando existe un problema en las trompas que dificulta la unión entre el óvulo y el esperma», añade este especialista.
Antes de plantearse una u otra opción, «la pareja debe empezar consultando al ginecólogo de su zona, al que la mujer va para hacerse sus revisiones ginecológicas puntuales; a partir de ahí, el especialista empezará un estudio para ver la calidad de la ovulación, la calidad de las trompas -detectar si pudiera haber algún problema obstructivo- y después se procede al análisis de esperma, por parte del especialista, el andrólogo», describe el doctor Coroleu. Es «fundamental la combinación de ambos especialistas -ginecólogo y andrólogo- para identificar la terapia más sencilla y adecuada a la pareja», añade.
En ese sentido, España «es un país de referencia en técnicas de reproducción asistida; la prueba de ello es que muchas personas se desplazan de toda Europa a nuestro país». En ese sentido, para este especialista de Barcelona, las parejas pueden estar tranquilas, están en buenas manos.
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