21Jul. 05
Por primera vez un estudio científico ha analizado las proteínas que se oxidan en los músculos respiratorios y producen la parada pulmonar en los casos de sepsis. La investigación, publicada en la prestigiosa revista America Journal of Respiratory Cell and Molecular Biology, ha sido realizada por la Dra. Esther Barreiro, del Servicio de Pneumología del Hospital del Mar, y el Dr. Joaquín Gea, de la Unidad de Investigación en Aparato Respiratorio y Músculo del IMIM de Barcelona, y supone un paso adelante en la búsqueda de un tratamiento eficaz.
La infección generalizada o sepsis es una de las patologías más graves y mortales que puede sufrir un paciente. De hecho, la esperanza de vida de una persona que entra en sepsis severa es «sólo de un dos por ciento», afirma el doctor Joaquín Gea, uno de los autores del estudio científico que, junto a la doctora Esther Barreiro y el hospital universitario de Canadá Royal Victoria, suponen un avance muy importante para la prevención e investigación de nuevos fármacos para el tratamiento de la sepsis.
En la investigación de la sepsis, «siempre se había pensado que la causa de la parada respiratoria del paciente residía en que los propios pulmones dejaban de realizar su función. Pero, en los últimos años se ha comenzado a ver que, en el proceso de fallo respiratorio, tienen un papel protagonista los músculos respiratorios ya que, en caso de sepsis, se fatigan tanto que provocan que el paciente deje de respirar», concluye el doctor Gea. En este sentido, el estudio científico de ambos doctores, da un paso más allá, identificando las proteínas concretas que se oxidan de una manera desproporcionada en los músculos respiratorios -la aldolasa, creatinakinasa y enolasa, entre otras proteínas- interrumpiendo la función de éstos. Estas proteínas son, por otro lado, «uno de los marcadores para diagnosticar un posible infarto de miocardio», concluye el doctor Gea.
Factores de riesgo de la sepsis
La sepsis consiste en la respuesta inflamatoria del organismo frente a una infección bacteriana. El proceso infeccioso puede originarse en cualquier órgano del cuerpo y se manifiesta con una bajada de la presión sanguínea, fiebre, hiperventilación y taquicardias, que llevan al paciente a un estado de shock, fallo multiorgánica y, a continuación, la muerte. Así mismo, en la mayoría de pacientes con infección generalizada es muy común la dificultad respiratoria.
«La sepsis se puede dar en personas sanas, en personas que han sufrido una operación o bien en pacientes con pulmonía, entre otros casos», destaca la doctora Esther Barreiro. Por otro lado, «los pacientes con diabetes, hipercolesterolemia, cardiopatías y tabaquismo tienen una mayor predisposición a sufrir esta infección generalizada del organismo», concluye la autora del estudio.
Con los avances del estudio de la sepsis, «se abre una nueva investigación basada en la terapia antioxidante, a base de fármacos que incidirán en las proteínas responsables de la oxidación y que complementarán los actuales tratamientos a base de antibióticos y drogas vasoactivas», afirma la Dra. Barreiro y añade que «en un futuro próximo podremos prevenir una sepsis a tiempo y en los pacientes que hayan sobrevivido a la infección generalizada y sufran sus consecuencias -debilidad y disfunciones musculatorias- podremos mejorar su calidad de vida».
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