02Nov. 01
No existen normas estandarizadas que determinen cuándo deben ser actualizadas las guías de práctica clínica, denuncia un estudio publicado en JAMA que ha estudiado la validez de diecisiete guías de la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) de Estados Unidos, aún en circulación, con el objetivo de comprobar la rapidez con la cual han quedado obsoletas casi todas ellas.
Los autores de este estudio, liderado por el doctor Paul G. Shekelle han desarrollado criterios para definir cuando una guía necesita ser puesta al día consultando a los profesionales destinatarios y la literatura sobre los mismos temas que añaden nuevas informaciones que deberían ser incorporadas.
Según el estudio, de las diecisiete guías evaluadas sólo tres eran aún válidas y catorce necesitaban ser actualizadas, siete de las cuáles con una mayor frecuencia. Si la media de actualización era cada seis años, el estudio concluye que el 90 por ciento de las guías de la AHRQ han quedado desfasadas a los 3,6 años. Las diecisiete guías trataban sobre diferentes enfermedades como cáncer o depresión.
Quienes salen perdiendo, claro, son los pacientes, ya que existe un notable retraso entre la aparición de nuevas novedades clínicas y su incorporación a las guías de práctica clínica. Un problema que no sólo se da en los Estados Unidos. Por ello, la recomendación de los autores es que los profesionales médicos revisen todos los artículos publicados sobre el tema concreto de su interés para poder estar seguros de que están al día de las últimas innovaciones y experiencias.
La medicina es una realidad que cambia constantemente, por lo que es esencial la labor de las publicaciones de referencia de cada especialidad que publican novedades mes a mes. Aunque poder asimilar toda la cantidad de información que genera una especialidad, día a día, puede resultar también casi imposible, por lo que sigue siendo esencial que existan autoridades que contrasten y se encarguen de actualizar las guías de práctica clínica con la adecuada regularidad. El objetivo: acabar con la desconfianza hacia ellas que ya se ha empezado a instaurar entre algunos profesionales sanitarios.
Elresumen del artículo en JAMA (2001;286:1461-1467)
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