Un estudio que evalúa los tres tratamientos más prescritos para la osteoporosis muestra diferencias significativas en la reducción de fracturas de cadera

Nuevos datos de un estudio observacional retrospectivo que acaban de ser publicados en Osteoporosis Internacional, apoyan las diferencias en la reducción del riesgo de fracturas clínicas observadas en los ensayos clínicos pivotales de los tres bifosfonatos más utilizados en el tratamiento de la osteoporosis.

Estos datos corresponden al estudio Real World Effectiveness Study en el que se han recogido datos de más de 210.000 pacientes osteoporóticas y cuyo objetivo ha sido evaluar si la reducción en la incidencia de fracturas demostrada en los ensayos clínicos puede ser trasladada a la práctica clínica diaria.

Este estudio ha empleado una metodología única ya que ha comparado, dentro de cada grupo de tratamiento, la incidencia de fracturas durante los tres primeros meses del tratamiento (período control) con la incidencia de fracturas observada durante todo un año de tratamiento.

Tras un año de tratamiento, se observó una reducción significativa del riesgo de fracturas clínicas vertebrales en los tres grupos de bifosfonatos orales, en comparación con los primeros tres meses de tratamiento, intervalo que se considera el período control.

En los grupos de risedronato y alendronato se observó una disminución significativa de la incidencia de fracturas de cadera, no vertebrales y vertebrales clínicas. En el grupo de ibandronato, solamente se observó una disminución significativa en la incidencia de fracturas vertebrales.

«Cuando la eficacia de un tratamiento es demostrada en un ensayo clínico puede no proporcionar la misma eficacia en la práctica clínica diaria, dadas las diferencias en los tipos de pacientes y la atención médica recibida», afirma el Prof. Dr. Johann- Diederich Ringe, especialista en osteoporosis y autor del estudio, director Médico de Klinik, General Internal Medicine (Reumatología/Osteología) y West- German Center for Osteoporosis (WOZ) de la Clínica Leverkusen (Universidad de Colonia). «El diseño de este estudio ayuda a reducir el sesgo que existe cuando se compara directamente la eficacia de los tratamientos en un escenario observacional».

Sobre el estudio

Es un estudio observacional en más de 210.000 mujeres de EEUU mayores de 65 años que ha evaluado la efectividad de los tres bifosfonatos más prescritos; risedronato, alendronato e ibandronato. El objetivo ha sido determinar si la reducción de la incidencia de fracturas observada en los ensayos clínicos puede ser trasladada a la práctica clínica diaria.

El estudio ha analizado la incidencia de fracturas de 78.860 pacientes tratadas con risedronato 35mg (semanal), 116.996 pacientes tratadas con alendronato 70 mg (semanal) y 14.288 pacientes con ibandronato 150 mg (mensual). En cada grupo de tratamiento se comparó la incidencia de fracturas en el período de inicio del tratamiento (3 meses), siendo éste considerado el período control, frente a la incidencia de fracturas durante los 12 meses posteriores. Fueron excluidas aquellas pacientes tratadas con bifosfonatos en los 6 meses previos al inicio del estudio.

Fractura de cadera

Las fracturas osteoporóticas y en concreto las de cadera constituyen un problema de salud pública responsable de un aumento de la mortalidad, discapacidad funcional y costes adicionales de atención sanitaria. Los costes directos de las fracturas osteoporóticas en Europa se espera que aumenten desde los 31.700 millones en el año 2000 hasta los 76.700 millones en el 2050. En el caso de las mujeres mayores de 45 años, la fractura osteoporótica, y especialmente la de cadera, provoca al año más días de hospitalización que los generados por patologías con mayor impacto mediático como los infartos de miocardio, cáncer de pulmón o la diabetes.

«Las fracturas de cadera constituyen la consecuencia más devastadora de la enfermedad y provocan dolor crónico, reducen la movilidad y aumentan el riesgo de muerte» afirma el Dr. Josep Blanch, consultor del Servicio de Reumatología del IMAS- Hospital del Mar. «Resulta fundamental que los médicos ofrezcan a los pacientes un tratamiento que les garantice la misma protección en todas las localizaciones, incluso en la cadera».

No todos los tratamientos protegen frente a la fractura más grave

No sólo es importante tratar a la paciente frente al riesgo de fracturas de cadera sino que también es clave tratarlas de manera efectiva. Entre los tratamientos para combatir la osteoporosis, el más utilizado es la familia de los bifosfonatos, pero no todos han demostrado la misma eficacia.

Según datos del Estudio HIP (9.331 pacientes IIT), único estudio cuyo objetivo primario fue evaluar la eficacia en la reducción de fracturas de cadera, en mujeres posmenopáusicas con fractura vertebral previa, Risedronato reduce en un 60% el riesgo de fracturas de cadera en pacientes con osteoporosis establecida.

En el estudio observacional REAL, risedronato mostró una reducción del 43% en el riesgo de fractura de cadera en comparación con alendronato, a los 12 meses de tratamiento.

El recientemente lanzado Acrel 75mg, es el primer y único tratamiento para la osteoporosis posmenopáusica con posología de ritmo mensual en 2 días consecutivos que ha demostrado reducir el riesgo de fractura vertebral y de cadera .

En la vida real existe una mala adherencia al tratamiento antiosteoporótico al tratarse de tratamientos a largo plazo, ya que algunas pacientes abandonan el tratamiento y en ocasiones, aún siguiéndolo, no lo hacen correctamente.

La preferencia de tratamiento entre las pacientes se centra en la toma mensual frente a la toma semanal. Acrel 75 mg, con dos comprimidos al mes tomados en dos días consecutivos, ofrece a las pacientes un régimen de dosificación mensual con un tiempo de ayuno recomendado de al menos 30 minutos antes de ingerir cualquier alimento/bebida o medicamento después de la toma del comprimido.