Un estudio revela el significativo impacto de la rinitis alérgica en los médicos y sus vidas profesionales

La rinitis alérgica puede tener un impacto significativo en la práctica profesional de los médicos de atención primaria y dar lugar a pérdida de productividad y absentismo, según una nueva investigación presentada en el XXVII Congreso de la Academia Europea de Alergología e Inmunología Clínica. Estos datos también revelan la dificultad de lograr un control eficaz de los síntomas de la rinitis alérgica, ya que más de un 79 por ciento de los médicos de AP encuestados manifiestan no tener bien controlados sus síntomas.

El estudio internacional, el primero de este tipo que se ha realizado, observó si la experiencia personal de sufrir rinitis alérgica afectaba al modo en que los profesionales sanitarios manejan a sus pacientes y reveló significativas diferencias entre aquellos facultativos que sufren rinitis alérgica y aquellos que no padecen esta patología.

«Este estudio ayuda a confirmar la carga que la rinitis alérgica puede suponer para quienes la padecen tanto en su vida profesional como en su bienestar. Esto resulta especialmente interesante, ya que se trata del primer estudio que observa específicamente si los profesionales sanitarios que sufren rinitis alérgica abordan el manejo de sus pacientes alérgicos de un modo diferente. Esperamos que los hallazgos de este estudio ayuden a toda la comunidad médica a entender las carencias en las opciones de tratamiento para los pacientes de rinitis alérgica y animen a los doctores a mejorar el control de los síntomas» comenta el Profesor Paul Van Cauwenberge, de la Facultad de Ciencias Médicas y Sanitarias, Universidad de Gante, Bélgica.

Impacto en la vida profesional

El estudio on-line y global realizado a 1.201 médicos de AP (el 50 por ciento de ellos, pacientes de rinitis alérgica) de ocho países (Australia, Brasil, Canadá, Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido) demostró que:

– Los médicos de AP que se ausentaron de su puesto laboral debido a los síntomas de su rinitis alérgica perdieron una media de seis horas de trabajo a la semana.

– La rinitis alérgica afecta a la concentración (31 por ciento de los médicos de AP encuestados), nivel de estrés (31 por ciento), estado de ánimo en general al tratar con pacientes (28 por ciento), nivel de contacto físico con los pacientes (22 por ciento), tiempo empleado con cada paciente (18 por ciento) y al número de pacientes atendidos (16 por ciento).

– Sólo el 21 por ciento de los médicos de AP con rinitis alérgica manifestaron tener bien controlados sus síntomas.

Manejo de pacientes

El estudio también observó el impacto de sufrir rinitis alérgica en la atención de los médicos de AP a los pacientes con esta misma enfermedad y mostró:

– Aquellos médicos que no sufrían rinitis alérgica recomendaron con mayor probabilidad medidas de control medioambientales (53 por ciento frente a 38 por ciento).

– Los facultativos que no padecían RA recomendaron con mayor probabilidad ciertas opciones de tratamiento [(antihistamínicos intranasales (29 por ciento frente 19 por ciento) y descongestionantes nasales (28 por ciento frente 22 por ciento)].

– Dichos médicos otorgaron mayor importancia a las peticiones de un tratamiento específico por parte de los pacientes y al bienestar emocional.

– Los médicos de atención primaria con rinitis alérgica informaron de más casos en su práctica clínica (17,7 por ciento y 15,3 por ciento respectivamente).

«Estos datos demuestran que es necesario hacer mucho más para ayudar a la comunidad médica y a los pacientes a entender el impacto de las alergias. Mientras que la rinitis alérgica se considera a menudo una enfermedad trivial, los bajos niveles de control total de los síntomas vistos en el estudio sugieren un manejo sub-óptimo. Alcanzar un mejor control de la rinitis, de sus síntomas asociados incluyendo los oculares y el asma comórbida ha de ser una prioridad para reducir el número de horas laborales perdidas y mejorar el bienestar del paciente dentro y fuera del trabajo», dijo el Profesor David Price, Universidad de Aberdeen, Reino Unido.

Este estudio ha sido financiado por una beca educativa de GlaxoSmithKline sin restricciones y llevado a cabo por una agencia de investigación independiente. El comité científico del estudio estuvo presidido por el Profesor Paul Van Cauwenberge, Facultad de Ciencias Médicas y Sanitarias, Universidad de Gante, Bélgica.