05Jul. 06
Según los expertos, durante los últimos años han aumentado significativamente las resistencias a los antibióticos de patógenos Gram +, como Staphylococcus aureus. Del mismo modo patógenos Gram -, como Escherichia coli (primer causante de infección en pacientes hospitalizados), presentan cada vez más resistencias al tratamiento con antibióticos.
Un estudio publicado en la edición digital de la revista Journal of Hospital Infection sobre Infecciones Nosocomiales y Comunitarias por Staphylococcus aureus resistentes a la meticilina en pacientes hospitalizados (1993-2003) constata un significativo aumento de las resistencias a los antibióticos durante esta década.
«En este estudio nos hemos centrado concretamente en la resistencia del Staphylococcus aureus a la oxacilina (o meticilina) en pacientes hospitalizados, por tratarse de un buen marcador de resistencias a Gram +. De los resultados obtenidos podemos concluir que durante la década que abarca dicho estudio se ha producido un significativo aumento de las resistencias en estos patógenos.
Asimismo, datos de los Estudios EPINE referidos al periodo 1999-2005 revelan también un marcado incremento de las resistencias a antibióticos entre la mayoría de los patógenos Gram -, como es el caso del Escherichia coli , el patógeno más prevalente en las infecciones hospitalarias», explica el doctor Ángel Asensio, autor del artículo, investigador responsable del estudio del grupo EPINE de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene y Jefe de Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
** S. aureus , como marcador de resistencias **
Staphylococcus aureus es el segundo microorganismo más frecuente en los hospitales españoles. El estudio recientemente publicado en la edición digital del Journal of Hospital Infection revela que al final del periodo 1993-2003, el 41 por ciento de las infecciones nosocomiales por Staphylococcus aureus eran ya resistentes a meticilina (SARM) y así, al resto de betalactámicos. Durante estos años también se constata un significativo aumento de las infecciones por SARM Comunitario; de hecho, de las infecciones que los pacientes traen de la comunidad, por Staphylococcus aureus , hasta en un 28 por ciento de ellas se dan resistencias. «Incluso datos más recientes revelan que entre el 2003 y el 2005 han aumentado hasta un 35 por ciento las infecciones por S. aureus en la comunidad, un incremento mayor que el observado en las infecciones asociadas a la atención sanitaria (nosocomiales)», puntualiza el doctor Asensio.
Panorama en los Gram –
Las resistencias bacterianas a los antibióticos constituyen uno de los principales problemas que se plantean actualmente en el campo de las enfermedades infecciosas y que afectan no sólo a los patógenos Gram +. También las infecciones por bacterias Gram – son cada vez más difíciles de tratar debido a las multirresistencias. «Por ejemplo, Escherichia coli , que es el patógeno más prevalente en las infecciones hospitalarias, está aumentando su resistencia a cefalosporinas de tercera generación, situándose ya en torno al 10 por ciento, y sigue creciendo ininterrumpidamente desde el año 99. Mientras, la resistencia a quinolonas -que es uno de los antibióticos más utilizados tanto en el hospital como en la comunidad- está ya en un 26 por ciento, porcentaje que continúa incrementándose según datos recientes. De hecho, «el crecimiento de las resistencias a quinolonas es un hecho constatable en casi todos los Gram -«, explica el experto.
Perspectivas de solución
El estudio recientemente publicado pone de manifiesto diferencias significativas entre comunidades autónomas en cuanto a resistencias bacterianas se refiere. «Estas variaciones regionales se explicarían, probablemente, por las diferencias de utilización de los antibióticos por comunidades y por las diferentes medidas de control puestas en marcha en cada hospital, tales como identificación precoz y aislamiento preventivo de pacientes infectados, aplicación de medidas de barrera, etc.», aclara el autor.
Con independencia de estas diferenciaciones, poner freno al crecimiento de las multirresistencias antimicrobianas, según este experto, pasaría por diversos pasos:
– «Evitar que haya infecciones, mediante las vacunaciones, y la retirada precoz de los catéteres.
– Impedir la transmisión de los microorganismos aumentando el cumplimiento de las medidas de higiene de las manos, utilizando soluciones hidroalcohólicas que sustituyen eficazmente el lavado de las manos.
– Si existen infecciones, diagnosticarlas y conocer su etiología lo más precozmente posible, con el fin de poder dirigir los antibióticos. Lo ideal es que los antibióticos estén dirigidos al patógeno más probable, si bien, es una práctica común -cuando la infección es grave y aún no se conoce el microorganismo responsable de la infección- utilizar antibióticos de amplio espectro con efecto sobre los potenciales patógenos con el fin de asegurar que se va a cubrir el que nos interesa. Posteriormente, y tras conocer los informes microbiológicos, se realiza una terapia dirigida al microorganismo responsable.
– Utilizar correctamente los antibióticos: asegurándose primero de que existe infección y no se trata de una colonización o una contaminación. Basar el tratamiento en los datos locales de resistencia de cada hospital, para saber cuáles son las resistencias regionales más frecuentes y poder utilizar la terapia empírica; y retirando, por último, los antibióticos cuando dejan de ser necesarios porque la infección ya está curada.
– Seleccionar del arsenal terapéutico disponible, el antibiótico más adecuado. De ahí que cualquier nueva opción que amplíe el arsenal terapéutico sea bien recibida por los investigadores», puntualiza el doctor Ángel Asensio, quién, preguntado sobre la utilidad del nuevo antibiótico tigeciclina recientemente aprobado por la EMEA, afirma «que supondrá una eficaz arma contra buena parte de los patógenos Gram+ y Gram – incluidos multirresistentes».
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