Un grupo de investigadores logra que células madre embrionarias se conviertan en células cardiacas

Científicos norteamericanos han logrado que células embrionarias humanas se conviertan en tres de los tipos más importantes de células del corazón. Durante la investigación, se trasplantaron este tipo de células en ratones, donde mostraron mejorar la función cardiaca de los roedores, según un estudio publicado en la revista Nature.

A juicio de los investigadores, que consideran que a corto plazo podrían ser usadas para probar cómo responden las células cardiacas a diferentes medicamentos, queda demostrado que se pueden crear eficazmente distintos tipos de células cardiacas humanas para usarlas en investigaciones básicas y clínicas. A largo plazo, las células serían útiles para desarrollar nuevas formas de reparar los corazones dañados después de sufrir un infarto.

El estudio marca el último paso hacia la posibilidad de usar células madre embrionarias que son células maestras del cuerpo que pueden transformarse en cualquier célula o tejido para tratar enfermedades humanas.

Los científicos canadienses, estadounidenses y británicos que han participado en el estudio manifestaron que tuvieron éxito en el laboratorio a la hora de hacer que las células madre embrionarias se convirtieran en las células cardiacas más inmaduras posibles del desarrollo humano.

Cuando los científicos trasplantaron los tres tipos celulares cardiacos en ratones con enfermedad cardiaca simulada, la función del órgano mejoró, lo que brinda a los investigadores la esperanza de poder tratar corazones humanos con esta técnica.

«No somos el primer grupo que demuestra que se pueden crear células cardiacas a partir de células madre embrionarias. Esto se ha hecho antes», señaló Gordon Keller del Centro de Medicina Regenerativa McEwen en Toronto, y director de la investigación. » La diferencia está en que hemos tomado un enfoque más secuencial para seguir el avance de cómo las células madre embrionarias se desarrollan para crear el primer tipo de células cardiacas», concluyó Keller.