"Las pacientes con cáncer de mama cada vez demandan más información, lo que les aporta un mayor control sobre la enfermedad y aumenta su calidad de vida", afirma el doctor Juan Lucas Bayo, del servicio de Oncología Médica del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, uno de los autores del libro "Cáncer de Mama. Cuestiones más frecuentes".
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres de los países occidentales. Cada año 16.000 españolas son diagnosticadas de esta enfermedad en España y mueren entre 5.000 y 6.000. Asimismo, «la incidencia de cáncer de mama ha aumentado en los últimos años» pero al mismo tiempo «se ha logrado un descenso en la mortalidad», señala otra de las autoras del libro, la doctora Ana Lluch, del servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia. Esta reducción de los fallecimientos responde a la extensión de los programas de diagnóstico precoz, que permiten detectar «tumores muy pequeños y en estadios muy iniciales», y a los «avances terapéuticos importantes en las estrategias de tratamiento».
Por su parte, el tercer coautor del libro, el doctor Vicente Valentín Mateo, del servicio de Oncología Médica del Hospital Doce de Octubre de Madrid, considera que en esta patología «la comunicación es un elemento fundamental dentro de la relación médico-paciente» y de ella depende en parte el éxito o fracaso del tratamiento. Pero la transmisión de información a la paciente debe hacerse «de una forma paulatina y teniendo en cuenta sobre todo lo que de verdad quiere saber».
Precisamente para resolver las dudas que surjan a las mujeres afectadas por cáncer de mama se ha editado el manual, que «más que un libro teórico es un libro que responde a preguntas reales» de las pacientes en la consulta, indica el doctor Bayo. Una de las más frecuentes es el miedo a las recaídas, que comparten la mayoría de las enfermas, pero ese temor se puede combatir «con información, sabiendo el contexto, el diagnóstico previo, los factores de riesgo y llevando un control sistemático».
Métodos de tratamiento
Por otro lado, muchas pacientes se preguntan si es preciso viajar al extranjero para recibir tratamiento, a lo que el doctor Bayo responde que los hospitales españoles tanto públicos como privados «tienen los medios necesarios para aplicar el tratamiento correcto». Hoy España está «entre los cinco o seis países con mayor nivel en oncología», lo que permite que cada vez más enfermas participen en ensayos clínicos gracias también a la mayor información que reciben por parte de los profesionales sanitarios. Sin embargo, la doctora Lluch destaca pese a ello que el apartado de los «tratamientos complementarios, no de cuidados físicos sino psicológicos y de soporte, no lo tenemos totalmente desarrollado en nuestro país». En su opinión «el primer paso es tomar conciencia de que los cuidados psicológicos son importantísimos», junto con el apoyo de asociaciones que agrupen a pacientes que hayan sufrido esta enfermedad.
En esta línea, María Antonia Gimón, presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), señala que el soporte psicológico es «la asignatura pendiente que tiene la administración». El 20 por ciento de las enfermas no tiene nadie con quien hablar del cáncer tras recibir el diagnóstico, un momento en el que necesitan apoyo. Por ello, FECMA, que ha auspiciado el libro junto a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), rechaza que esta enfermedad «se viva ni en soledad ni en silencio».
Aparte de las intervenciones quirúrgicas, las pacientes tienen dudas sobre los tratamientos, fundamentalmente la quimioterapia y sus efectos secundarios. En este aspecto, la doctora Lluch explica que los fármacos han mejorado en los últimos años «porque no tienen efectos tóxicos sobre la paciente». Asimismo, los tratamientos orales «aumentan mucho su calidad de vida», ya que no tienen que acudir al hospital para su administración por vía intravenosa.
Finalmente, el libro aborda la importancia de la mamografía en el diagnóstico precoz, que es eficaz sobre todo a partir de los 40 o 50 años. En cambio, «en mujeres jóvenes la mamografía no es un método útil», porque sus senos son más densos, lo que dificulta la detección de los tumores. Por ello, en estas edades se opta preferiblemente por otro tipo de pruebas como la exploración, la ecografía o la resonancia magnética.
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