Un nuevo tratamiento para la dermatitis atópica reduce el número de brotes y espacia el período entre los mismos

El nuevo fármaco Pimecrolimus, que se comercializará bajo el nombre de Elidel, permite, según los expertos, un nuevo enfoque en el tratamiento de la dermatitis atópica. Así, se pasa de tratar el brote cuando éste está presente a administrar el tratamiento ante la aparición de los primeros signos o síntomas de la enfermedad con el objetivo de prevenir la aparición del brote y a largo plazo disminuir su frecuencia.

Según el doctor Lluis Puig, del Servicio de Dermatología del Hospital de Sant Pau i la Santa Creu de Barcelona, participante del XII Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venerología (EADV) celebrado recientemente en Barcelona, el Pimecrolimus «ha representado y va a representar un gran avance en el tratamiento de la dermatitis atópica».

Esta afirmación tan contundente se fundamenta básicamente en el hecho de que este fármaco no tiene ninguno de los efectos adversos de los corticoides tópicos, usados habitualmente hasta ahora para tratar enfermedades como la dermatitis atópica. Éstos son potentes y eficaces, pero también conocidos por sus efectos perjudiciales tanto a nivel local (la producción de atrofia, de estrías, de complicaciones oculares), como por los efectos adversos sistémicos debidos a la absorción del producto. Tal y como explica el doctor Puig, un tratamiento con corticoides «puede dar lugar tanto en el niño como en el adulto a alteraciones en el crecimiento, diabetes u osteoporosis», entre otras contraindicaciones.

La dermatitis atópica es una enfermedad que afecta a entre el 15 y el 20 por ciento de los niños de países desarrollados. Además, la dolencia puede resistir la edad adulta, ya que por ejemplo en España, el 27 por ciento de los afectados por la patología es mayor de 20 años.

Avances en el tratamiento

El motivo del avance espectacular en el tratamiento de dermatitis atópica que se ha producido durante los últimos años es la aparición de los inhibidores de la calcineurina (familia a la que pertenece Elidel). «Los beneficios de Elidel vienen derivados de su excelente perfil de eficacia, buena tolerancia en la zona de aplicación y la casi nula existencia de efectos adversos», resume el doctor Francisco Vanaclocha, del Servicio de Dermatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, a lo que añade que «mejora el control de la dermatitis atópica al reducir el número de brotes que se experimentan tras haber recibido dicho tratamiento». Así, Elidel supone una alternativa muy significativa teniendo en cuenta que desde hace 30 años hasta ahora sólo existía una vía de tratar la dermatitis atópica, y que no era del todo satisfactoria: la vía de los corticoides tópicos.

Lo que supone el nuevo medicamento, y sus posibilidades, es un cambio de enfoque en el abordaje del tratamiento de la dermatitis atópica. Si bien los corticoides se aplicaban cuando surgían los brotes de esta enfermedad, Pimecrolimus se aplica ante los primeros signos y síntomas, con el objetivo de prevenir la aparición del brote y reducir su incidencia en el tiempo.

De este modo, y tal y como especifica el doctor Puig, empleando Pimecrolimus al uno por ciento dos veces al día antes de los primeros signos de la enfermedad, asociado al uso de emolientes y otras medidas higiénicas, «se reduce el número de brotes, se aumenta el tiempo que permanece el paciente libre de lesiones y se puede evitar el empleo de corticoides».

El único problema que le encuentra el doctor Vanaclocha a Elidel es que su nivel tan alto de seguridad y de eficacia rápida obligue a los médicos, en algún momento, a tener que «luchar contra la automedicación». Sin embargo valora positivamente la confianza que el producto trasmite al paciente y familiares «en el sentido de que está exento de efectos adversos y la mejoría que se nota es inmediata». Aún así, la eficacia del Pimecrolimus no alcanza al Clobetasol, que es el corticoide tópico más potente que existe y el que más efectos adversos tiene. Por lo tanto, tal y como detalla el doctor Vanaclocha, siguen habiendo determinadas manifestaciones de la dermatitis atópica, como son las llamadas «placas liquenificadas» que el Pimecrolimus no puede combatir y que siguen siendo «misión del Clobetasol».

Pimecrolimus en España

Puesto que el Pimecrolimus aún no se comercializa en España, dermatólogos y pacientes de este país han conocido el producto por los numerosos ensayos clínicos realizados en multitud de centros y hospitales. «Aunque los ensayos eran de doble ciego, la notoria mejoría en la mayoría de los pacientes tratados con Pimecrolimus, que les permite reducir enormemente el empleo de corticoides y permanecer largo tiempo sin exacerbaciones, se ha confirmado al completar el ensayo», apunta el doctor Puig.