Un nuevo tratamiento permitirá a las pacientes con cáncer de mama avanzado vivir un año más sin quimioterapia

El fármaco en forma de pastillas está diseñado para ser administrado junto con exemestano, que evita la producción de las hormonas femeninas capaces de estimular el crecimiento del cáncer de mama. Por la magnitud del beneficio clínico que supone, es el mayor avance que se ha producido para este tipo de cáncer en los últimos 15 años.

La compañía farmacéutica suiza Novartis ha desarrollado un nuevo fármaco, Afinitor®, dirigido a mujeres con cáncer de mama avanzado o metastásico, que retrasa casi un año la progresión de la enfermedad. Se trata del primer fármaco que ha demostrado ser eficaz en eludir los mecanismos de resistencia tumoral en este tipo de pacientes y, por tanto, conseguir retrasar un año el avance de la enfermedad sin tener que recurrir a la quimioterapia y otros tratamientos agresivos. Por la magnitud del beneficio clínico que supone, es el mayor avance que se ha producido para este tipo de cáncer en los últimos 15 años.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), cada año se diagnostican en nuestro país más de 20.000 nuevos casos de cáncer de mama y se calcula que una de cada ocho mujeres lo padecerá a lo largo de su vida. De hecho, este tipo de cáncer es el más común en las mujeres de todo el mundo y representa el 23% de todos los nuevos casos diagnosticados. Generalmente, estos tumores suelen descubrirse en revisiones médicas en las primeras fases de la enfermedad. Eso, sumado al conocimiento profundo que existe sobre esta patología y a la fiabilidad de las pruebas diagnósticas como la mamografía, garantiza una tasa muy elevada de supervivencia: más del 75% de las mujeres consiguen superarlo.

Afinitor®, un año más de calidad de vida y sin quimioterapia

Ahora, estas pacientes cuentan con una nueva esperanza. Tras años de investigación, la farmacéutica suiza ha descubierto una forma de revertir la resistencia de las células tumorales, desarrollando Afinitor®, un fármaco que se toma por vía oral y que aporta un beneficio sin precedentes a las mujeres postmenopáusicas con cáncer de mama hormonodependiente, HER2-.

El fármaco ha demostrado ser capaz de cambiar el curso de la enfermedad retrasando su progresión y dando una alternativa más antes de comenzar la quimioterapia. Gracias a Afinitor®, estas mujeres cuentan con casi un año más de calidad de vida; casi un año más sin los efectos secundarios propios de la quimioterapia, y, lo más importante, casi un año más sin progresión de la enfermedad.

Para que un tumor mamario se haga resistente a la terapia hormonal, normalmente necesitan ser activadas otras vías metabólicas para escapar del bloqueo hormonal y poder así seguir proliferando. Es como si con la medicación hormonal le cerraran una puerta pero el tumor lograra encontrar otra vía, que pudiera abrir para continuar creciendo descontroladamente. Una de esas vías de escape es la vía PI3K/AKT/mTOR, que se relaciona directamente con una proteína, la mTOR, clave para el crecimiento celular.

Lo que consigue Afinitor® es cerrarle al tumor esa otra puerta. Está diseñado para ser administrado junto al tratamiento hormonal estándar con exemestano, de manera que gracias a la sinergia entre ambos se consiguen bloquear las vías de escape del tumor y evitar que crezca y se disemine por el organismo al menos durante casi un año.

El principal beneficio de este fármaco es que, mientras que hoy en día, las pacientes a quienes deja de funcionar la hormonoterapia comienzan a recibir quimioterapia, con los graves efectos secundarios que ésta comporta, Afinitor® les permite disfrutar de casi un año más de calidad de vida, sin progresión de la enfermedad y postergando el inicio de la quimioterapia. De alguna manera, es como si este medicamento pusiera en pausa el cáncer durante 12 meses.

Cómo funciona Afinitor® (everolimus)

Afinitor®, cuyo principio activo es everolimus, es un inhibidor selectivo de mTOR, una proteína que se encuentra dentro de la célula y que es responsable de regular factores de crecimiento importantes para la señalización de las vías que controlan las funciones básicas celulares, como proliferación y metabolismo así como creación de nuevos vasos sanguíneos que nutran a las células cancerígenas. Al bloquear mTOR, se impide que el tumor siga proliferando.

El fármaco en forma de pastillas está diseñado para ser administrado junto con exemestano (terapia hormonal), que evita la producción de las hormonas femeninas capaces de estimular el crecimiento del cáncer de mama. Se ha comprobado que la sinergia que se establece entre Afinitor® y exemestano mejora y potencia el beneficio clínico del tratamiento, y aumenta más del doble el tiempo de supervivencia libre de progresión.

“Es la primera vez que disponemos de una estrategia capaz de revertir la resistencia hormonal, el talón de Aquiles en el tratamiento de tumores con RH+”, afirma Baselga.

Para comprobar la eficacia de Afinitor®, se llevó a cabo un estudio clínico, llamado BOLERO 2 (por las siglas en inglés de Prueba de cáncer de mama de everolimus oral 2), en el que participaron 189 centros y 724 mujeres que padecían cáncer de mama avanzado o metastásico HR+ HER2- de 24 países de todo mundo. La edad media era de 62 años. Se dividió de forma aleatoria a las pacientes en dos grupos, en un ratio 2:1: a 485 les suministraron una combinación de Afinitor® y exemestano, y a 239 se les dio exemestano y un placebo.

Al acabar el estudio, se comprobó que el tratamiento combinado de Afinitor® y exemestano lograba duplicar el tiempo de supervivencia libre de progresión de la enfermedad: 11 meses frente a los 4,1 del tratamiento con exemestano solo, según la valoración central. “Hace que las mujeres se sientan mejor, tengan menos efectos secundarios y puedan llevar una vida normal”, apunta el investigador español, Josep Baselga.

Sobre el cáncer de mama avanzado

Tres de cada 10 mujeres con cáncer de mama temprano desarrollan la enfermedad avanzada: el tumor se extiende a los ganglios de la axila o se disemina por otros tejidos y zonas del organismo, generando metástasis.

Se calcula que sólo en 2013 aproximadamente 250.000 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de mama avanzado en todo el mundo, 6.000 en España, bien como primer diagnóstico o bien debido a la progresión de la enfermedad. Es la forma más grave de la enfermedad y afecta sobre todo a mujeres postmenopáusicas.

Aunque se han realizado diferentes avances de las últimas décadas en el cáncer de mama, el tratamiento del cáncer de mama metastásico sigue sin conseguir la curación definitiva de la paciente. En este contexto, los principales objetivos del tratamiento son el retraso de la progresión de la enfermedad y la prolongación de la supervivencia global, ofreciendo a la paciente la mejor calidad de vida posible.

La evolución del cáncer de mama metastásico es muy variable, desde algunos casos en los que la supervivencia es muy corta (de pocos meses) hasta aquellos casos en los que el curso de la enfermedad es muy lento, prácticamente sin síntomas y la expectativa de vida es más larga. En términos generales, la supervivencia media se sitúa en torno a los 2-3 años desde el momento de su diagnóstico sin posibilidad de curación. A pesar de la gravedad de la enfermedad, según un reciente estudio patrocinado por Novartis Oncology, la mayoría de personas desconoce qué es el cáncer de mama avanzado o es incapaz de definirlo correctamente.

Cerca del 70% de los cánceres de mama en fase avanzada son del tipo hormonodependiente. Eso quiere decir que el crecimiento y la proliferación de las células cancerígenas se encuentran bajo control de hormonas como los estrógenos o la progesterona. Por eso, estas pacientes suelen recibir terapia hormonal como el exemestano, un fármaco capaz de privar al tumor de las hormonas que favorecen su crecimiento.Sin embargo, todas las pacientes con cáncer de mama metastásico HR+ acaban desarrollando resistencia a las terapias hormonales que dejan de ser eficaces. Cuando eso ocurre, y después de varias líneas de tratamiento hormonal, estas mujeres deben someterse a quimioterapia, cuya eficacia es limitada y produce graves efectos secundarios, puesto que impacta de manera significativa en su calidad de vida: físicamente, al producir vómitos, diarreas, cansancio, malestar, caída del cabello, dolor y depresión, entre otros; y psicológica y socialmente.

Esa merma de su calidad de vida es una de las principales preocupaciones de estas mujeres, según un estudio patrocinado por Novartis Oncology, puesto que el 33% de ellas trabajan y el 21% cuida diariamente de sus nietos.