Un tratamiento precoz de los hemangiomas en recién nacidos evita posibles secuelas

Tradicionalmente, antes de aplicar una terapia para los hemangiomas se espera a que éstos desaparezcan por sí solos. Aunque muchos lo hacen en los primeros años de vida, en ocasiones no desaparecen nunca o dejan algunas secuelas. Para evitarlo, los expertos que asistieron al IV Curso de Avances en Cirugía Dermatológica, celebrado en la Universidad de Navarra, recomiendan iniciar el tratamiento en cuanto aparecen los síntomas.

Estos tumores constituidos por vasos sanguíneos aparecen en el momento de nacer o en las dos primeras semanas de vida. Suelen tener una fase de crecimiento de entre nueve y doce meses y en más de la mitad de los casos desaparecen espontáneamente. «Un cinco por ciento de recién nacidos sufre lesiones vasculares benignas», afirma el doctor Martin Mihm, dermatólogo especializado en lesiones vasculares del Massachusetts General Hospital. Sólo en Estados Unidos hay cada año 40.000 bebés que necesitan algún tratamiento por hemangioma.

El 80 por ciento de hemangiomas se localiza en la cara, aparecen en forma de manchas planas y rojas que van adquiriendo volumen durante los primeros meses de vida. Su diagnóstico es difícil porque en ocasiones se trata de lesiones profundas, pero los hemangiomas se pueden distinguir de otro tipo de lesiones, como las malformaciones vasculares, mediante técnicas radiológicas. Según el doctor Ignacio Sánchez-Carpintero, dermatólogo de la Clínica Universitaria de Navarra e investigador en anomalías vasculares en el Massachusetts General Hospital, la historia clínica en la que se ve la evolución y las fases por las que pasa el hemangioma ayuda a elaborar el diagnóstico.

La evolución de la lesión, sin embargo, sólo puede verse con el paso de los años, cosa que complica la labor del tratamiento. «Es muy difícil determinar qué comportamiento va a tener el hemangioma, lo que permitiría orientar el tratamiento más adecuado», comenta el doctor Sánchez-Carpintero. Hasta ahora los médicos han preferido esperar a que el hemangioma desaparezca antes de iniciar un tratamiento y elegirlo en función del grado de lesión. Y es que muchos hemangiomas desaparecen a partir del primer año de edad, pero lo hacen lentamente y en ocasiones dejan secuelas.

El doctor Mihm considera que este enfoque está cambiando, y que actuar precozmente evita al niño y a su familia el sufrimiento de esperar y previene posibles secuelas. «En este sentido, recomendamos realizar un tratamiento activo en cuanto surjan los síntomas, bien quirúrgico o mediante láser», opina este experto, que también recomienda que los padres tengan un papel relevante en la elección del tratamiento.

Durante el IV Curso de Avances en Cirugía Dermatológica también se presentó el nuevo proyecto de la Clínica Universitaria de Navarra para el tratamiento de hemangiomas y otras malformaciones vasculares, el área de Anomalías Vasculares. «Se trata de una unidad multidisciplinar formada por profesionales de diversas especialidades: dermatología, pediatría, cirugía, otorrinolaringología, radiología intervencionista, etcétera», asegura el doctor Pedro Redondo, director del departamento de Dermatología de la Clínica Universitaria.

Según el doctor Mihm, esta iniciativa multidisciplinar sitúa a la Clínica Universitaria en un centro de referencia para toda Europa en el estudio y tratamiento de estas lesiones. El especialista del Massachusetts General Hospital valora positivamente el futuro de los tratamientos del hemangioma y comenta que «la combinación de modelos de láser más avanzados, de inmunomoduladores que administren fármacos con poca toxicidad y de nuevas técnicas quirúrgicas perfeccionará el tratamiento precoz de los hemangiomas».