04Dic. 06
La disfunción sexual en la mujer está infradiagnosticada e infravalorada, ha denunciado la SEGO en un reciente encuentro de expertos. De entre estas disfunciones, el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH), que consiste en la ausencia persistente o recurrente de fantasía sexuales y/o actividad sexual, es la más frecuente. Este trastorno puede llegar a afectar hasta un 42 por ciento de las mujeres a partir de los 50 años.
En las recientes Jornadas sobre Salud de la Mujer organizadas por P & G Pharmaceuticals con el apoyo de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) y de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia), diversos especialistas pusieron de relieve el segundo plano al que tristemente ha quedado relevado la divulgación, estudio y tratamiento de las disfunciones sexuales de la mujer.
Sin embargo, los problemas de disfunción sexual femenina tienen una alta prevalencia, hasta un 30 por ciento de las mujeres los sufren, según datos aportados durante el encuentro. La disfunción sexual en la mujer más frecuente es el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH) también llamado falta de interés por el sexo , apatía sexual o falta de deseo sexual. Este trastorno afectaría a un siete por ciento de las mujeres hasta los 49 años, porcentaje que se incrementaría hasta el 16 por ciento en las mujeres con menopausia quirúrgica.
El resto de disfunciones sexuales comunes son los problemas de orgasmo, los problemas de lubricación y por último el dolor al mantener relaciones sexuales.
El TDSH supone «una pérdida del deseo sexual de forma significativa, recurrente y persistente, unas veces la perdida es progresiva pero en la mayoría de los casos se produce una perdida brusca del deseo, una ausencia total del deseo sexual con mucha preocupación y malestar porque las mujeres refieren sentirse mal y buscan soluciones a su problema consultando en primer lugar a su ginecólogo», explica la sexóloga y psicóloga clínica Rosario Castaño, Directora de la Unidad de Disfunción Sexual Femenina del Centro Médico Instituto Palacios de Salud de la Mujer.
Las mujeres histerectomizadas, las que toman antidepresivos y las que sufren incontinencia urinaria son las que tienen más posibilidades de sufrir TDSH.
Las molestias habitualmente asociadas a la menopausia natural o quirúrgica son sofocos, cambios de humor, perturbación del sueño y sequedad vaginal; asociados a la deficiencia de estrógenos. Sin embargo, la deficiencia de testosterona también tiene un papel importante «ya que está directamente relacionada con la disminución de la sensación de bienestar, mayor depresión, la reducción del deseo sexual, la receptividad y la excitación sexual», añade el doctor Santiago Palacios, director del centro Médico Instituto Palacios de Salud de la Mujer, quien también participó en el encuentro.
A pesar de que por motivos culturales o sociales, la mujer tiende a callar este tipo de problemas, las disfunciones sexuales influyen notablemente en su calidad de vida.
«Los trastornos sexuales y en especial el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo afectan a la autoimagen, porque la mujer se percibe y se siente menos femenina, con poca autoestima, insegura y preocupada», detalla por ejemplo la Dra. Rosario Castaño pues estas mujeres «tienen poca satisfacción física y poca satisfacción emocional», lamenta.
Parche transdérmico de testosterona
El tratamiento del TDSH tiene dos componentes: un tratamiento farmacológico y un tratamiento psicosocial. En breve en nuestro país se podrá disponer de un nuevo tratamiento, el parche de testosterona. Dos estudios multicéntricos aleatorizados a doble ciego, INTIMATE SM1 (Simon J et al. J Clin Endocrinol Metab 2005; 90:5226-5233) e INTIMATE SM2 (Búster JE. Et al. Obstet Gynecol 2005, 105: 944-952) han permitido evaluar la eficacia del parche en mujeres con menopausia quirúrgica. Ambos estudios han concluído que el tratamiento con el parche transdérmico de testosterona (con tratamiento hormonal sustitutivo concomitante) incrementa de manera significativa el deseo sexual y restablece una actividad sexual satisfactoria.
Según los resultados de los estudios, las mujeres participantes tratadas con el parche experimentaron un incremento significativo del número de actividades sexuales satisfactorias , así como cambios favorables en diferentes aspectos como deseo, placer, excitación, orgasmo, respuesta sexual e incluso autoimagen.
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